2 Billetes de AVE Gratis La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

fdfdsfsd

Adiós a Juan Velarde

Joaquín Lorences

Catedrático de Fundamentos del Análisis Económico

En la estela de Jovellanos y Campomanes

Juan Velarde.

Para elaborar esta semblanza del profesor Velarde quiero poner el énfasis en el sentido y la valoración de su quehacer cotidiano como investigador, divulgador y profesor. De tal forma, que me referiré más al por qué y al cómo ha desarrollado su labor que a los detalles sobre sus resultados.

Obviamente, todos tenemos constancia del prestigio y la fama del profesor Velarde. Sin embargo, es oportuno remarcar que esta no es la fama que se deriva, como el mismo comentó en alguna ocasión, de "aparecer en las revistas de peluquería o en otros órganos de comunicación social muy populares" sino que, parafraseando al premio Nobel Paul Samuelson, se trata de la fama que buscan y anhelan los académicos, esto es, la que se deriva del hecho de destacar entre sus pares, entre sus colegas, la que surge de los claustros como reconocimiento a sus aportaciones y al conjunto de su obra.

Para ilustrar el alcance de este reconocimiento, basta recordar que ha sido Doctor Honoris Causa por siete universidades españolas. Y que ha recibido los premios más importantes que puede recibir un economista en nuestro país: el "Príncipe de Asturias" de las Ciencias Sociales, el "Rey Juan Carlos" de Economía, el "Rey Jaime I" de Economía, el "Infanta Cristina" de Economía de Castilla y León, el "Campomanes" y el Nacional de Literatura de Ensayo entre otros. Debo destacar también que ha sido miembro de la Academias de Ciencias Económicas de Bolivia y Paraguay, Morales y Políticas de Argentina, Sociales de Chile, Políticas de Venezuela, de la Historia de Portugal, de la de Ciencias Morales y Políticas de España, director de la Escuela Asturiana de Estudios Hispánicos y consejero del Tribunal de Cuentas, amén de cofundador y presidente de la Fundación Valdés Salas. Es evidente, por tanto, que el profesor Velarde realizó un trabajo de alta calidad que le ha situado en un lugar destacado en la historia de la economía y la ciencia españolas. Obviamente, ésta es la fama que perdura, la que merece la pena y que nada tiene que ver con la que hoy se ofrece a los jóvenes, basada muchas veces en comportamientos vulgares e irrespetuosos con la naturaleza humana.

¿Cuáles han sido los méritos de la obra del profesor Velarde?

Sus reconocidas aportaciones vienen recogidas en libros como los titulados: "Sobre la decadencia económica de España", "La política económica de la Dictadura" o en "Cien años de economía española". Estos y otros muchos libros, informes y artículos científicos en los que analizó el papel de la empresa pública, el funcionamiento del mercado de trabajo, la seguridad social, el sistema financiero, la economía de las regiones, el comercio exterior y la economía mundial son de obligada consulta para cualquier estudioso que desee profundizar en el conocimiento de los procesos de cambio que ha vivido en el pasado reciente, y vive en la actualidad, la economía española. A pesar de su enorme importancia, esta perspectiva multifacética de los fenómenos económicos no siempre aparece en los análisis más convencionales ya que no es fácil dominar de manera solvente todas las disciplinas implicadas. Precisamente en este rasgo diferencial es donde más brillaba la sabiduría enciclopédica que atesoraba el profesor Velarde.

Por otra parte, toda su obra revela un profundo amor a España, que se plasma en una exploración sistemática de los problemas que dificultan su crecimiento y progreso. En esta actitud básica coincidía plenamente con Jovellanos y Campomanes, que consagraron lo mejor de sus vidas intelectuales a la modernización del país y a combatir su atraso en relación al resto de países europeos. Con estos dos insignes asturianos, que Schumpeter sitúa entre los grandes maestros de la economía aplicada mundial, el profesor Velarde también compartía el enfoque liberal de las reformas necesarias para superar el atraso español respecto a Europa.

En el ámbito divulgativo, ha tenido una especial importancia la publicación de un libro realizado en colaboración con el profesor Fuentes Quintana y que se estudiaba en el sexto curso del denominado Bachillerato Superior. Este libro, titulado "Política Económica", ha sido reconocido por muchos economistas españoles, entre los que me encuentro, como el catalizador de su vocación profesional, ya que proporcionaba indicaciones muy claras acerca de cómo el análisis económico ofrece respuestas a muchas preguntas intemporales y universales, pero que preocupaban especialmente a los adolescentes de los años sesenta, como por ejemplo, el origen de la pobreza y el papel de la empresa privada y del Estado en una sociedad más justa y equitativa.

En síntesis, la trayectoria intelectual del profesor Velarde ha estado siempre al servicio del avance del conocimiento sin más ataduras que aquel imperativo kantiano: ¡Sápere aude! ¡Atrévete a pensar!, con el cual el profesor Ernest Lluch, gran admirador de la obra del profesor Velarde, caracterizó el espíritu de la Ilustración. En este sentido, cabe calificar al profesor Velarde como "economista ilustrado" en el más noble y universal sentido de la palabra.

Para referirme a la actividad docente del profesor Velarde, permítanme apoyarme en las palabras de Max Weber cuando dice que para ser profesor universitario "no basta (no bastará) con estar cualificado como sabio, sino que ha de estarlo también como profesor, y estas dos cualidades no se implican recíprocamente ni mucho menos. Una persona puede ser un sabio excepcional y al mismo tiempo un profesor desastroso". Obviamente no era el caso del profesor Velarde, que no solo ha alcanzado el reconocimiento generalizado de sabio por la calidad y amplitud de su obra científica, sino que también ha sido un profesor excepcional de miles de economistas.

Po su parte, el profesor García Delgado, en la actualidad Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense, se refería a la calidad de la labor docente del profesor Velarde de forma también muy ilustrativa: "Ha explicado brillantes lecciones de Estructura económica de España pero sobre todo ha enseñado a enseñar (no en vano sus discípulos forman ya el más amplio grupo de Catedráticos y Profesores Titulares de Universidad en España de su misma asignatura) y ha enseñado a pensar, a dudar, predicando, en suma, lo que otro insigne catedrático español, Miguel de Unamuno, pedía que se proclamara desde las tarimas de las aulas universitarias: la santidad de la utopía, la necesidad de la hipótesis, la apertura a todas las rectificaciones posibles".

¿Cuáles son las claves de esta carrera tan rica y fecunda?

Desde mi punto de vista, esta vida tan fructífera se basó en el hecho que describió el profesor Fuentes Quintana cuando afirmaba que Juan Velarde "ha ejercido a lo largo de su vida de manera sobresaliente las cinco grandes virtudes que caracterizan a la juventud: En primer lugar, su generosidad. La forma en la que Juan Velarde se ha entregado a los demás, sin pensar en sí mismo, ha dejado tras de sí testimonios tan numerosos como imborrables. En segundo lugar, si la curiosidad por conocer constituye un rasgo que define, quizás como pocos, a un espíritu joven, resulta difícil elegir un ejemplo que pueda competir con la ejecutoria vital de Juan Velarde. Su avidez y su capacidad de lectura ha abrumado siempre a quienes le trataron. En tercer lugar, la juventud permanente de Juan Velarde, que tenía en la vitalidad que animaba su actividad diaria una característica destacada. Un día de trabajo de Juan Velarde se componía siempre de dos o tres clases, la entrega puntual de un comentario de prensa, la preparación de un trabajo de investigación con vencimiento fijo, la lectura y dirección de tesis doctorales y, sin reflejo en su agenda, la lectura implacable que iba de los ensayos de Economía a los libros más recientes y que finalizaba con la prensa nacional y extranjera. En cuarto lugar, la juventud de Juan Velarde se manifestaba también en no navegar necesariamente a favor de corriente, sino mantener con firmeza criterios independientes, aunque ello le suponga riesgos y perjuicios personales. La quinta virtud se derivaba de las anteriores y se sustanciaba en su desbordante felicidad personal, su entusiasmo en el desempeño de su profesión y su alegría en el trabajo. El ha sido feliz con su profesión, y no ha encontrado día en que no hallara motivo para desempeñar con entusiasmo y alegría el trabajo que el destino o las circunstancias le marcaba".

No obstante, no seríamos fieles a lo dicho tantas veces por el propio profesor Velarde si no destacásemos en esta semblanza las influencias que recibió del ambiente familiar y de sus primeros maestros y profesores, es decir de su entorno salense, en el que desarrolló las características fundamentales de su personalidad, al mismo tiempo que adquirió una robusta formación básica. Evidentemente, no podemos ignorar el papel crucial de la familia y la escuela en el proceso de construcción del carácter, la vocación y la actitud vital de cualquier persona.

Para terminar esta semblanza, permítanme sintetizar lo que ha representado para mi el profesor Velarde: esencialmente, creo que su trayectoria brindó un ejemplo meridiano acerca de cómo vivir y de los resultados de una vida basada en la curiosidad por conocer y descubrir, en la disposición permanente a aprender, en el propósito incondicional de realizar un trabajo bien hecho, en una posición de independencia irreductible y en una generosidad superlativa. Estoy seguro de que coincidirán conmigo en considerar que esta forma de vivir abierta, emprendedora, desprendida y valiente ha sido y será enormemente inspiradora.

Compartir el artículo

stats