Amaya P. GIÓN

El israelí Moshe Elgozi abandonó ayer Avilés con sus cuatro hijos, entre los 8 y los 15 años, tras formalizar la devolución ante los Juzgados de la ciudad. El domingo por la noche la madre de los pequeños, María Amor González, decidió entregarlos voluntariamente a su todavía marido para evitar la presión mediática. Tres de los niños pasaron esa noche junto a su padre en un hotel de la ciudad, mientras la mayor decidió acompañar a su madre durante sus últimas horas en Avilés. La restitución se hizo formal en la mañana ayer en el Palacio de Justicia. A sus puertas decenas de periodistas y reporteros gráficos esperaban la sucesión de los acontecimientos.

A primera hora de la mañana, Moshe Elgozi recogió a su hija mayor, de 15 años, en el hogar materno. La adolescente, que llegó a expresar ante los medios de comunicación hace semanas sus deseos de quedarse en Avilés junto a su madre, acudió al instituto en el que estudia desde su llegada a la ciudad, en abril de 2005, para despedirse de sus compañeros y amigos.

Mientras, en los Juzgados avilesinos, el procurador nombrado por la madre y el abogado y el procurador del padre formalizaban la entrega. «Hemos manifestado que los cuatro niños ya se encuentran con su padre. Se ha formalizado la devolución y ya disponemos de la documentación», apuntaba el letrado de Elgozi, Abel Isaac Bedoya, ante una marabunta de periodistas pasadas las diez de la mañana. En su mano portaba un sobre en el que guardaba los pasaportes de los cuatro menores. El padre, según su abogado, se encontraba entonces con sus cuatro hijos en el hotel Silken Villa de Avilés preparando el equipaje -Elgozi trajo de Israel varias maletas para llevarse los enseres de sus hijos- para partir hacia Madrid.

Alrededor de las once de la mañana, Moshe Elgozi y los cuatro menores salían en un coche alquilado de los garajes del hotel Villa de Avilés en el que pasaron la noche, a excepción de la mayor, que acompañó a su madre durante sus últimas horas en España. Minutos después abandonaban el mismo hotel Abel Isaac Bedoya y varios miembros de su despacho, el hermano de Elgozi y un equipo de una televisión nacional privada que no se separó del israelí durante su estancia en Avilés y que coordinaba sus movimientos con el padre de los niños.

Moshe Elgozi conseguía zanjar así la batalla legal que desde hace casi dos años mantiene con su ex pareja, la avilesina María Amor González, a la que acusó de secuestro internacional de menores. «Moshe está muy emocionado. Después de dos años ve por fin cómo los niños regresan junto a él a su país», apuntaba Abel Isaac Bedoya. El letrado aseguró que los tres hijos menores del matrimonio «cenaron el domingo con su padre y pasaron la noche tranquilos, juntos». Su hermana mayor, en cambio, que se mostró reticente a regresar al país hebreo, no se separó de María Amor González hasta el último momento.

Elgozi emprendía así rumbo hacia Madrid con sus hijos, donde pasó la noche de ayer. Según su abogado, este mediodía tomarán un vuelo hacia la capital israelí, Tel Aviv. En la localidad hebrea de Gan Yavneh, donde reside Moshe Elgozi, espera el resto de la familia paterna. María Amor González se enfrenta a uno de los momentos más duros de su vida. Tras casi dos años de lucha sus cuatro hijos han emprendido el viaje de regreso.