M. MANCISIDOR

«El déficit de la vitamina D es una epidemia emergente», afirmó ayer el doctor Luis Arboleya, de la sección de reumatología del San Agustín de Avilés, durante una conferencia que ofreció ayer en el centro sanitario avilesino. Arboleya desgranó qué es la vitamina D (se encuentra en pequeñas cantidades en la dieta habitual y se genera por la acción del sol sobre la piel) y afirmó que la carencia de esta sustancia en el organismo puede ocasionar la reaparición de enfermedades como el raquitismo, que se tiene por erradicada gracias al enriquecimiento de la dieta de los lactantes.

«Pese a que el raquitismo se erradicó, comienza a reaparecer en algunos puntos, sobre todo en niños de raza negra (mayor resistencia a la acción de los rayos solares sobre la piel) alimentados con lactancia natural de grandes urbes norteamericanas», dijo Arboleya. Y añadió: «Por ello, debemos mantenernos alerta y asegurar una dosis suficiente de vitamina D en el niño y en la madre, sobre todo en la lactancia materna».

Según el especialista del San Agustín, el sistema hormonal de la vitamina D actúa de manera fundamental sobre el metabolismo óseo. «Su déficit provoca raquitismo en el niño y una enfermedad similar, llamada osteomalacia, si el déficit ocurre en el adulto tras la maduración esquelética», precisó Luis Arboleya. Destacó, además, que la insuficiencia de la vitamina D es más frecuente en las personas adultas, especialmente entre la población femenina que padece osteoporosis.

El especialista argumentó su explicación con cifras y resultados de un estudio multicéntrico titulado «Prevalencia de la insuficiencia en la ingesta de calcio y en los niveles séricos de vitamina D en pacientes posmenopáusicas, osteoporóticas tratadas y no tratadas (Previcad)», en el que participó el San Agustín. De acuerdo a los resultados de la investigación, el 63 por ciento de las mujeres posmenopáusicas tratadas sufría carencia de vitamina D, y de las no tratadas, el 76 por ciento registraba insuficiencia de esta vitamina. «Estos resultados indican que el 60 por ciento de las mujeres mayores de 65 años con osteoporosis tenía niveles insuficientes de vitamina D, si bien las diferencias entre las regiones con más y menos horas de sol (entre 1.500 y 2.000 horas al año en Asturias y más de 2.500 en Andalucía) son poco significativas», sentenció Arboleya.

Salud ósea

A juicio del médico reumatólogo del Hospital San Agustín, las causas que influyen en esta carencia de vitamina D son la falta de exposición a la luz solar, una nutrición deficiente y el descenso de los receptores de vitamina D a nivel intestinal. «Existe también una ingesta dietética de calcio inferior a las necesidades», dijo el doctor Luis Arboleya, quien insistió en que la vitamina D es necesaria para preservar la salud ósea.

«La vitamina D es fundamental. Además de lo que he citado, se ha visto que influye en otros aspectos, como la prevención de caídas, la mejoría del tono muscular, la potenciación de la inmunidad innata e incluso en la prevención de tumores», concluyó ayer el especialista de reumatología del Hospital San Agustín de Avilés.