Francisco L. JIMÉNEZ

Los usuarios del bus urbano en la comarca avilesina pagan el servicio un 20 por ciento más caro que los gijoneses y un 41,17 por ciento más que los ovetenses desde el pasado 1 de abril. La última subida del billete sencillo que aprobó el Consorcio de Transporte de Asturias (CTA) encareció el título de viaje en 5 céntimos, de modo que el viaje ordinario pasó de costar 1,15 a 1,20 euros. Esta nueva subida del transporte público confirma la posición de Avilés como el área de Asturias con los autobuses más caros. Además, ni Gijón, donde el billete cuesta 1 euro, ni Oviedo, con billetes a 0,85 euros, han aplicado este año subidas a las tarifas de sus buses.

A la vista de los nuevos precios, el billete de los autobuses urbanos que recorren la comarca ya se ha convertido en uno de los más caros de España; sólo se ve superado en grandes ciudades como Barcelona (1,30 euros el billete sencillo tras la subida aplicada este año). A título comparativo, el trayecto básico en autobús, que en Avilés cuesta 1,20 euros, se cobra en Madrid a 1 euro, en Bilbao a 0,90 euros, en La Coruña a 1 euro, en Sevilla a 1,10 euros y en Valencia a 1,20 euros, si bien en la ciudad del Turia los bonobuses de 10 viajes son más baratos que los avilesinos: 5,65 euros en Valencia y 7,50 en Avilés.

La realidad tarifaria del transporte público avilesino siembra de interrogantes el plan cuya ejecución anunció el equipo de gobierno local en 2005 y que tenía como meta, según se dijo entonces, «abaratar el bus urbano». El concejal Luis Ramón Fernández Huerga, responsable del área municipal de Transporte, admitía en aquella fecha que la comarca tenía uno de los transportes públicos más caros de España y que esa circunstancia disuadía a los vecinos de hacer un mayor uso del servicio.

El último anuncio del gobierno municipal avilesino en relación a esas pretendidas mejoras del transporte urbano se realizó el pasado mes de enero. Fue en el transcurso de unas jornadas técnicas desarrolladas en la comarca y tras ponerse de manifiesto en las mismas el malestar de los responsables de la principal empresa prestataria del servicio -la CTA, que mueve al año 3 millones de pasajeros- con el actual modelo de organización de líneas y la imposibilidad de acceder con los autobuses a nuevas zonas para ampliar el número de viajeros. El concejal Rodríguez Huerga anunció en esa ocasión la contratación de una empresa especializada para realizar un estudio que identifique los problemas de la red de transporte público comarcal y apunte posibles soluciones.

Con las recientes subidas, el precio de los billetes sencillos de la CTA (en sus diez líneas operativas), de Travibús (en la línea Avilés-La Carriona-Miranda), de Olloniego (en la línea Avilés-Llaranes-Trasona-Parque Astur) y Roces (en la línea Avilés-Fondo de Valliniello) pasa de 1,15 a 1,20 euros. El relleno completo de las tarjetas recargables de diez viajes se encarece en 50 céntimos -queda fijado en 7,50 euros- y el precio del bono personalizado mensual que permite hacer un número indefinido de viajes dentro de una única zona pasa de 32 a 34 euros.

Las primeras quejas de usuarios, asociaciones vecinales y partidos políticos por la subida del precio del billete del bus y, sobre todo, por la carestía del mismo no se han hecho esperar. El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos «La Unión», Benigno García, anuncia que incluirá el asunto en la próxima reunión de la directiva de la entidad y que no son descartables medidas contra «este despropósito».

La presidenta de la asociación vecinal de La Luz, Alicia González, tildó de «abuso» cobrar 1,20 euros a los vecinos del barrio que cogen el bus para bajar al médico o de compras, algo que se hace con mucha frecuencia, a Villalegre. La también presidenta vecinal, pero de Trasona, Alfonsa Martínez se suma al malestar general, con la crítica añadida de que la empresa de autobuses que tiene la concesión del transporte público en esa zona, Autos Olloniego, «sigue sin dar un servicio de calidad».

El Partíu Asturianista, por boca de su secretario general en Avilés, Santiago Díaz, pide la fijación de un «precio político» que solucione el problema de los desplazamientos de los ciudadanos con menos recursos y denuncia como «intolerable» el nuevo encarecimiento del transporte público.