Saúl FERNÁNDEZ

Lo que de verdad le gustaba a Giacomo Puccini eran sus mujeres. Pero por eso no pasó a la historia de la música y de la cultura europeas. Puccini fue un celebrado compositor de más de una docena óperas, un renovador del género, uno de los músicos que abrió el siglo XX a las partituras más influyentes. Por mencionar un trío: «La Bohème», «Manon Lescaut» o «Turandot». Títulos célebres en el hit más clásico.

«Ellas dicen que Puccini», la obra que se representa esta noche en el Palacio Valdés, es una creación original del libretista asturiano Antonio Arnel, una mezcla de teatro y de ópera. Un poco espectáculo escénico y un poco didáctico. El modo en que el teatro Palacio Valdés celebra el «Año Puccini». Porque hace ciento cincuenta años que el músico nació en Lucca, dentro de una familia dedicada a la música.

Santiago Sánchez, director de la compañía «Imprebís», es el responsable final de «Ellas dicen que Puccini». «Este espectáculo tiene una doble vertiente: la obra del compositor y su relación con las mujeres», comentó. La propuesta del libretista -cuya obra es de sobra conocida por los espectadores del Palacio Valdés- es la de hilvanar y montar un espectáculo en el que la excusa dramática se asocie de forma inmediata con «las catorce arias y dúos más conocidos de Puccini», como explicó Sánchez.

Román Antonio Álvarez, concejal de Cultura, en la intervención previa a la presentación, asoció «Ellas dicen que Puccini a «Desván Verdi». «Están en la misma línea», aseguró Álvarez.

La función se centra «en tres de las mujeres con las que se relacionó Puccini en su vida», comentó Sánchez. «Las mujeres que más influyeron en su obra», continuó. Eduardo Santamaría, el tenor que da vida a Puccini, destacó las virtudes sobresalientes del libreto. «Porque no te limitas a cantar», explicó. Santamaría calificó, por ello, el espectáculo de «maravilloso».

Pese a que «Ellas dicen que Puccini» no es una ópera, «sensu stricto», ni tampoco una obra de teatro, pese a esta indefinición genérica, Santiago Sánchez consideró que guarda las esencias de la vida y la obra del compositor homenajeado.

La función comienza con la visita de un grupo de turistas a la casa museo de Puccini. Tras la estancia, los visitantes se dejan impregnar por el músico. Previamente se ofrece un documental didáctico, como para ubicar al espectador en el punto dramático que se va a montar sobre el escenario. Puccini, que amaba a las mujeres, vuelve a la vida con teatro y música.