Agradezco a Carlos Guardado la posibilidad que me ofrece de escribir unas palabras en este homenaje a Tito; homenaje a Arsenio Fernández por su dedicación al coleccionismo naval y por el trabajo de toda la vida en el mundo de la gastronomía. Me hubiera gustado estar entre vosotros en este homenaje y haber podido hablar de forma personal con Tito para expresarle mi agradecimiento y mi admiración por su trabajo y su dedicación.

Homenajear a personas que se lo merecen, como Tito, cuando todavía están vivas es lo más justo y, además, permite que vivan directamente las consecuencias de todo lo que su dedicación ha causado en los demás.

Un poeta dejó escrito hace tiempo lo siguiente: «Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero están los que luchan toda la vida: esos son imprescindibles».

Tito, tú perteneces a este grupo de hombres imprescindibles, al grupo de los hombres que luchan toda la vida. Pero en tu caso, además, tu dedicación deja un legado histórico, una colección que permite recuperar la historia y que permitirá que esta historia no se pierda en el océano de la tecnología y el progreso.

Nuestro presente y, por supuesto, nuestro posible futuro, siempre son fruto del pasado; por eso se insiste tanto en que no debemos olvidar nuestra historia. Hay personas, como tú, que con sus hechos hacen posible mantener viva la historia.

Imagino que, más bien pronto que tarde, llegará un día en que la colección que te ha costado reunir toda tu vida llenará un museo en el que puedan asombrarse niños, jóvenes y mayores, al que también acudirán expertos marinos y estudiosos del mar para investigar el pasado y sus instrumentos, y así poder entender el presente. Hay personas que siempre van más allá que los demás, personas que tienen algo muy claro y que centran sus esfuerzos, su tiempo y su dinero en ese algo que, finalmente, cobra un significado histórico.

Yo insisto mucho a mis alumnos en la idea de que «cualquier esfuerzo, cuando es útil, siempre merece la pena». En tu caso, Tito, quiero que sepas que tu esfuerzo ha merecido la pena, porque es útil para todos y aún lo será más cuando a las maravillas que has ido coleccionando se las dedique un museo propio.

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José Palacios Aguilar es vicepresidente de ADEAC - Bandera Azul en España y profesor de la Universidad de La Coruña.