Francisco L. JIMÉNEZ

Marcos Ramos, presidente de Alcoa para Europa, ha comunicado esta semana a los responsables de los centros de trabajo que tiene la compañía en el norte de España importantes cambios que afectan a las estructuras directivas y a la futura organización del trabajo. Lss medidas son efectivas desde el pasado jueves. En lo tocante a Avilés, donde Alcoa tiene una de sus principales fábricas europeas, se anuncia la llegada de Roy Harvey, un directivo procedente de San Ciprián (Lugo) -era el jefe de aquel complejo- para hacerse cargo de un departamento de nueva creación que se encargará de asuntos financieros. Además, Rubén Bartolomé, hasta ahora director de la planta avilesina, se marcha para Lugo a cubrir el hueco que deja Harvey. A su vez, la necesidad de nombrar un nuevo director de la fábrica local se resuelve con la designación para el cargo de Javier Menéndez, quien hasta la fecha ocupaba el puesto de jefe de la planta de ánodos. Es decir, promociona la dirección local un ingeniero «de la casa».

Sin trascendencia avilesina alguna, se decide, por último, la reincorporación de Carlo Genovesi, que estaba destinado en Lugo como controlador de productos primarios globales, a su puesto en Australia. La empresa agradece a todos los citados su contribución durante los años que han estado en los cargos que dejan y les desea suerte en sus nuevos cometidos.

A la vista de los cambios que ha aprobado Alcoa, y según la lectura que se hace de ellos en medios internos de la compañía, la planta avilesina de la aluminera sale bien parada de todo este proceso, algo que viene a reforzar la privilegiada posición en la que se situó hace ahora año y medio, cuando la multinacional estadounidense decidió trasladar desde Ginebra (Suiza) a Avilés la unidad directiva encargada de gestionar todo el negocio de aluminio primario en Europa. Aquella mudanza se hizo dentro de los plazos previstos, y hoy siguen llegando buenas noticias para la factoría de la margen derecha de la ría.

Javier Menéndez, el nuevo jefe de la planta de aluminio de Avilés, se incorporó a Alcoa en 1992 como ingeniero jefe de proceso en el área de fundición. Pasó por puestos de responsabilidad en la factoría de San Ciprián y, ya de vuelta en Avilés, en la planta de ánodos obtuvo logros significativos en seguridad, fiabilidad y consistencia. En reconocimiento a su valía, la empresa lo convirtió en líder de un proyecto europeo de investigación, y ahora lo asciende a director de fábrica.

Rubén Bartolomé deja la factoría de Avilés con la satisfacción de ver casi culminada una inversión de 50 millones de euros que se traducirá en un aumento de su capacidad del 10 por ciento, además de una importante reducción de las emisiones contaminantes. Asimismo, fue artífice de una profunda renovación generacional de la plantilla basada en la aplicación de la fórmula de los contratos de relevo, y bajo su dirección se batió, el año pasado, el récord anual de producción de aluminio en la fábrica. Bartolomé lleva 19 años ocupando cargos de primera línea en Alcoa.