M. MANCISIDOR

Manuela García Seijo es mucho más que una enferma que padece un dolor constante en huesos, músculos y articulaciones. Desde hace más meses de los que recuerda, Seijo dirige la Liga Reumatológica Asturiana, que tiene su sede principal en Avilés. En ella encuentran cobijo casi 2.000 personas de la región aquejadas de diferentes enfermedades reumáticas. Ayer, lunes, la Liga desarrolló una intensa campaña informativa para celebrar el «Día mundial de la fibromialgia y el síndrome de la fatiga crónica», dos enfermedades declaradas como tal en la década de los noventa, pero para cuyo reconocimiento social aún pelean quienes las padecen. Seijo estuvo presente a lo largo de la mañana en la mesa informativa que se instaló en El Parche -otra se dispuso en la entrada principal del Hospital San Agustín- con un objetivo claro: sensibilizar sobre una dolencia crónica con alta incidencia, especialmente, entre las mujeres.

-¿Qué se pretende con la celebración del «Día mundial de la fibromialgia y la fatiga crónica»?

-Queremos dar a conocer estas dos enfermedades que afectan a la calidad de vida. Durante años hemos realizado campañas de sensibilización y ahora nuestra intención es reivindicar el mejor trato posible para los enfermos reumáticos. El 50 por ciento de las bajas por incapacidad laboral que se dan en Asturias son por fibromialgia o fatiga crónica, así como el 33 por ciento de las consultas que reciben los médicos del servicio de atención primaria.

-¿Cuáles son los principales objetivos que persigue con su actividad la Liga Reumatológica Asturiana?

-Son sencillos y claros. Exigimos a la Administración que se llegue a un pacto social. Que se establezcan medidas para normalizar el tratamiento que se efectúa a los enfermos reumáticos y, principalmente, a los aquejados de fibromialgia o fatiga crónica. Pedimos también una evaluación anual y que estos enfermos tengan acceso a la baja por incapacidad laboral. Por último, demandamos que, en caso de necesidad, quienes padezcan estas enfermedades puedan obtener el certificado de minusvalía.

-¿Cree que la investigación avanza lo suficiente como para lograr un tratamiento para la fibromialgia que palie sus efectos a corto plazo?

-No hay que ser derrotistas, hay enfermedades peores que la fibromialgia o la fatiga crónica, pero la diferencia es que estos enfermos están abandonados, no existen fármacos ni tampoco apoyos por parte de la Administración o la sociedad. Aun así, creo que hay avances científicos. El más importante es la posibilidad de realizar resonancias, que ya aprecian la intensidad del dolor. Con esta prueba, que exigiremos también que se comience a realizar en toda España y, por supuesto, en el San Agustín, los pacientes y los médicos podrán conocer hasta dónde llega su dolor, para atajarlo, y se evitarán cuadros de picaresca, que también los hay. En Avilés desconocemos si con la resonancia que instalaron recientemente es suficiente para hacer esta prueba. ¿Puedo hacer un anuncio?

-Sí, claro.

-Para el próximo día 16 de este mes tenemos previsto que Pedro José Montoya Jiménez, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de las Islas Baleares, ofrezca una conferencia en la Laboral sobre cómo se representa el dolor crónico a nivel neurológico. Allí se hablará de esta nueva prueba.

-¿Qué trato recibe un enfermo de fibromialgia en el Hospital San Agustín?

-El mismo que en cualquier otro centro de la región o de España. Somos enfermos maltratados, los profesionales se encuentran con que no existe un tratamiento. Quien sufre fibromialgia y es ama de casa... pues esa situación es mala, pero quien sufre fibromialgia y tiene que cumplir con una jornada laboral de ocho horas es horroroso. Hay que subrayar que la persona que sufre fibromialgia -hay casos de bebés y ancianos- está continuamente produciendo dolor y le afectan, además de los cambios de estación o temperatura, las situaciones de estrés. Ante esta situación el enfermo llega a odiar su cuerpo porque siempre, cada minuto de las veinticuatro horas, le duele.

Miembros de la Liga Reumatológica Asturiana salieron ayer a la calle para conmemorar el «Día mundial de la fibromialgia y la fatiga crónica» y sensibilizar a los vecinos acerca de una enfermedad que cada vez afecta a más personas, sobre todo mujeres, y que aún no tiene cura. Los integrantes de la asociación repartieron folletos explicando qué es la fibromialgia y la fatiga crónica, como se puede ver en la imagen de la izquierda.