L.M.A.

La Confederación Hidrográfica del Norte aseguró ayer que aún se encuentra a la espera del análisis definitivo que pruebe que Arcelor fue la causante del último vertido a la ría, un mes después de haberse producido éste y tras haber confirmado en un primer momento que la responsabilidad correspondía a la empresa siderúrgica, y de haber anunciado la apertura de un expediente sancionador. Una portavoz de la Confederación explicó ayer que ese expediente se encuentra en estos momentos pendiente de las pruebas definitivas.

La empresa siderúrgica acumuló en 2007 ocho multas por infracciones ambientales en unas aguas en las que las administraciones públicas han invertido 162 millones de euros para limpiarlas. Arcelor, que se siente injustamente señalada en cualquiera de las circunstancias que se producen, prefirió aplazar entonces una versión oficial de los hechos a la espera de comprobar el origen de las manchas, que se avistaron en la ría avilesina, aguas arriba del Hospitalillo.

La Confederación Hidrográfica del Norte confirmó al día siguiente de producirse el vertido que las manchas de aceite de la ría eran la consecuencia de un nuevo vertido de Arcelor, que ha sido multada en ocho ocasiones en 2007 por diversas infracciones ambientales en unas aguas en las que las administraciones llevan invertidos 162 millones de euros en saneamiento.

Desde el pasado noviembre se ha producido una veintena de vertidos en las aguas la ría, según lleva contabilizado el colectivo ecologista. El número de incidentes contaminantes ha sido incluso superior, al sumarse otro tipo de escapes a la atmósfera.

La empresa siderúrgica acumula la mayoría de las denuncias, que le han acarreado últimamente las ocho sanciones antes citadas, tres de ellas graves y por valor de 60.000 euros. El vertido de fuel de noviembre, que revistió mayor gravedad, le supuso, según Hidrográfica, un desembolso de 327.000 euros.

En la última ocasión, y de acuerdo con los primeros análisis realizados por la Confederación Hidrográfica, el incidente se produjo aguas arriba del Hospitalillo, en el colector 41, justo debajo del puente Azud, donde vierte la planta de laminación de Arcelor, además de otras industrias del polígono de la ría. En el colector se apreciaron irisaciones de un tono más oscuro del que mostraba el resto de las manchas. Confederación intervino al tratarse de la parte del estuario comprendida en el dominio público hidráulico. El Principado descartó, no obstante y desde un primer momento, que el incidente se debiese a la actividad de Baterías de Coque.

La alarma saltó el 10 de abril cuando unos paseantes observaron las manchas aceitosas y de fuerte olor, que ocupaban más de la mitad del cauce de las aguas.