M. MANCISIDOR

El nuevo servicio de control de tráfico en Avilés, que tiene como objetivo prioritario regular la circulación, incluye además el control de acceso al casco histórico -que en junio comenzará a funcionar con bolardos, mediante tarjetas- y también un sistema para «cazar» a conductores infractores. Se trata de una máquina similar a un radar que, instalada en la plaza de los Oficios, fotografiará a los coches que se salten los semáforos en rojo y aportará pruebas para tramitar la correspondiente multa. La máquina saca tres fotos (dos antes de pasar el semáforo y otra, después) y, de momento, sólo estará instalada en el cruce de la plaza de los Oficios. A esto hay que añadir, según los agentes de la Policía Local, que durante los próximos dos meses circulará de nuevo por las calles de Avilés el radar móvil.

El responsable de la Policía Local, Eloy Benito Calzón, explicó que gracias al centro de control los agentes podrán atender a las personas que tengan problemas a la hora de acceder al casco histórico. «Los conductores autorizados podrán ponerse en contacto directamente con nosotros y en caso de extravío de su tarjeta o similar nosotros podremos abrir los bolardos desde aquí, siempre que se identifiquen correctamente», añadió Calzón, quien destacó que el acceso al casco histórico cuenta con 14 puertas.

George Orwell escribía allá por los cuarenta, en su obra «1984», de un mundo controlado por cámaras y creó el concepto de «big brother» (gran hermano). Entonces sus términos eran una utopía; ahora han pasado al lenguaje común de las técnicas modernas de vigilancia. Avilés ya podría ser el escenario de su novela.