Noticia esperada por todos los avilesinos la que hemos podido leer en LNE de ayer, sábado, la ciudad contará con un sistema pionero para la regulación del tráfico rodado, todo un cerebro informático que velará en tiempo «real», es decir, ¡ya!, por la fluidez de la circulación. En Avilés ya nos vamos acostumbrando a ser pioneros, recuerden aquella nueva oficina judicial, la que fue anunciada hará dos o más años, esa que aún no ha entrado en funcionamiento y sólo Dios o el César, sabrán cuándo, si así fuere. También somos pioneros en cosa cultural de proyección internacional, el Niemeyer, el que, al revés de la nueva oficina judicial ésa, ya ha entrado en funcionamiento sin haberse siquiera construido. Y es que esta ciudad no será la de los prodigios, mas nadie podrá decir que no se producen.

Lo importante, ahora «y con un clic» el cerebro manda una orden y el tráfico se regula, ¡sí señor!, así. El cerebro sabe lo que ocurre pues hay unas cámaras que ven lo que sucede, esos ojos electrónicos no están puestos para «cascarle» a usted una multa, en jerga progresista «corrección administrativa». Que lo están para grabar como el conductor toma un subproducto nasal y lo convierte en vulgar pelotilla, entretenimiento al que se va a dedicar el funcionario correspondiente, a verlo hacer, nunca jamás a aquello otro de sancionar o corregir conductas. Debemos advertir para quien no tuviera la ocurrencia de leer la noticia que deben prestar especial cuidado en ese semáforo que hay al final de la calle Llano Ponte, cuando arriba a la plaza de los Oficios, pues allí va haber cámara fotográfica, modelo 24 x 365, y al que se lo salte se le caerán, no aquellos, sino los puntos.

La noticia viene acompañada de alguna imagen, distintas según la haya leído en papel o internet, en cualquier caso puede observarse al «boss» en perfecto estado de revista, cómo, de qué manera, es atendido en sus explicaciones por la prefecta municipal y sus centuriones.

Avilés debe ser una ciudad muy religiosa en el sentido de venir perlada de gente sumamente creyente. Tanto que los problemas ambientales y estéticos de las baterías de coque se van a resolver con una barrera arbórea. Nuestro futuro, el de la comarca, con unos edificios que, a fuerza de una publicidad que «fiede», ya no son originales ni llaman la atención y cuyo contenido apenas se atisba, además de una financiación para el desarrollo de sus actividades que se encuentra en el éter. Y ahora los problemas de tráfico se resolverán de esa guisa, incidencias que las habrá por donde se pueda circular, pues en el centro de la villa el gran problema es otro, que no se puede ir con vehículo. Para el retraso en lo judicial aún no tenemos solución en vistas, pero no se preocupen ustedes, en la villa contamos con genios que prontamente darán cómo hacernos ver lo que no hay.

Como ven aquí los problemas se resuelven con colonia, mucha y cara colonia, esa que hay que echar al que no se lava.