E. CAMPO

La Escuela de Cerámica está ya a las puertas de sus veinticinco años, que se celebrarán oficialmente en otoño. Pero para ir caldeando el ambiente, estas bodas de plata ya comienzan a tomar forma entre las paredes del centro. Anabel Barrio, directora de la Escuela de Cerámica, explicó que aprovechando la cocción de rakú típica del fin de curso comenzarán ya las actividades que culminarán en el mes de octubre. Ayer, para abrir boca, el profesor Joaquín Sánchez explicó a los alumnos los rudimentos básicos de la ceremonia del té, en el que hay que tener en cuenta desde la decoración a los colores pasando por los gestos. Así, la tradición obliga a vestir kimono, a descalzarse, lavarse las manos, encender incienso y usar una tetera especial. Sánchez residió durante dos décadas en Japón, y aprovechando esta circunstancia intentará trasladar a la plaza de Camposagrado los elementos principales de este ritual, en la medida de las posibilidades.

Según señaló Barrio, es posible que acuda también un miembro de la asociación japonesa de Gijón, para dirigir la ceremonia del té, que se celebrará el viernes día 20 de junio. Será, como de costumbre, un acto abierto al público, que se desarrollará a lo largo de toda la mañana, y el momento álgido será a las dos de la tarde, cuando, después de cocer las piezas de barro con la técnica de rakú, al aire libre, se procederá a la ceremonia del té y a la entrega de diplomas.

Cada alumno de la Escuela de Cerámica preparará un cuenco y un platito, que después de cocer servirá para tomar el té, amargo, y los dulces que lo acompañan. Está previsto que haya también música japonesa adecuada, para ambientar.

«La próxima actividad, después del verano, será una exposición de trabajos de toda la escuela, con un tema en común: el mar», señaló Anabel Barrio. Cada grupo de alumnos trabajará sobre una idea y se realizará una instalación conjunta con todos los trabajos. La directora adelantó que, además, está previsto organizar una exposición paralela con artistas de primera línea que en algún momento de su trayectoria trabajaron con la cerámica. La idea es que ambas exposiciones coincidan en el tiempo, la primera en el Camposagrado y la segunda en el Centro Municipal de Arte y Exposiciones de El Arbolón (CMAE).

También en octubre, que es cuando se cumplen los veinticinco años de funcionamiento del centro, podría programarse una intervención similar a la que en su día surgió de la colaboración entre la Escuela de Cerámica y la Escuela Superior de Arte de Asturias, que se realizó en el pasaje de El Bollo. «Se trataría de colocar unas pinceladas de color por la ciudad», explicó Barrio. Junto a la colaboración de profesores y alumnos, los actos del 25.º aniversario serán posibles gracias a la participación del antiguo director del centro, Ramón Rodríguez, que ya anunció, al despedirse de su cargo, el 31 de diciembre, que tomaría en buena medida las riendas de la programación; no en vano conoce al dedillo esos veinticinco años de historia entre barro.