Amaya P. GIÓN

Siete de cada diez envases de lata que podemos encontrar en la estantería de cualquier supermercado han sido fabricados con hojalata de la planta avilesina de Arcelor-Mittal. Según fuentes próximas a la compañía, el setenta por ciento del acero para envases que se comercializa en España dentro del grupo, unas 650.000 toneladas, procede de las instalaciones avilesinas y de la planta de Echevarri (Vizcaya). Pero la hojalata local cuenta con un valor añadido: la línea avilesina produce DWI, el producto más exigente en el mercado, de espesores muy finos y que se utiliza, principalmente, en la elaboración de latas de bebida.

En Europa existen cinco plantas del gigante siderúrgico, que producen en torno a 1,5 millones de toneladas de hojalata al año: dos en Francia (en Basse-Indre y Florange), la belga de Lieja y dos en España, la de Avilés y la de Echevarri, en el País Vasco. Las instalaciones avilesinas producen, en cifras aproximadas, unas 275.000 toneladas, 195.000 de hojalata convencional y 80.000 de DWI, según las mismas fuentes. Este producto estrella, que ha sido recientemente reconocido por la firma Rexam (firma líder en la fabricación de botes de refresco) por su elevada calidad cuenta, además, con cierta exclusividad. Y es que la chapa DWI sólo se fabrica en Florange y Avilés.

Pero, ¿dónde recala la hojalata avilesina? Los principales clientes de la chapa convencional que se fabrica en las Avilés y Echevarri son tres: Mivisa, con plantas en Murcia, La Rioja y Llanera, y a la que proporcionan la totalidad de la chapa que transforma, unas 225.000 toneladas al año; Crown, fabricante mundial de envases de metal con instalaciones en Vigo y Logroño, a la que proveen unas 60.000 toneladas, e Impress, que no cuenta con plantas en España y a la que vende entre 20.000 y 25.000 toneladas, según las fuentes consultadas. Los productos habituales que fabrican estas firmas con chapa de Arcelor son botes soldados de tres piezas (los que se utilizan, por ejemplo, para envasar vegetales o tomate triturado), botes para conservas (los de atún, sardinas o mejillones, por ejemplos) y tapas, tanto las tradicionales como las de fácil apertura (como las latas de paté, entre un largo etcétera). También el último grito en productos de hojalata convencional cuentan con el sello avilesino, como el bol (recipientes para ensaladas) y el «peel-off» (tapas con cierre de lámina de aluminio).

Pero la niña mimada de la chapa avilesina es la DWI, reconocida como la de mayor calidad del mercado por sus espesores extrafinos. Los principales clientes de este producto, que se utiliza en la fabricación de botes de bebida, son Crown, con plantas en La Rioja y Sevilla, y Rexam, que cuenta con instalaciones en Galicia y Tarragona. Ambas compañías son líderes mundiales en la fabricación de envases de metal. Rexam, con presencia en más de veinte países, ha reconocido la alta calidad de la hojalata avilesina calificándola de la suministradora de sus productos, como ya informó este periódico.

Fuentes próximas a la compañía siderúrgica apuntaron que la línea de hojalata avilesina venía produciendo en los últimos años una media de 60.000 toneladas al año de DWI, actualmente ronda ya las 80.000 y las pretensiones apuntan a que se podría cerrar el año en curso alcanzando las 100.000 toneladas. Tras tiempos duros y de incertidumbre, la hojalata «made in Avilés» atraviesa un momento dulce, según las fuentes consultadas. Hoy por hoy, Avilés da la mejor lata.