F. L. JIMÉNEZ

Los colectivos asturianos de mayoristas y minoristas de pescado, que según el plan acordado el martes por el consejo del Puerto se quedarán fuera de la sociedad de gestión de la nueva lonja climatizada, esperan de los futuros responsables de la rula que, al menos, la gestión de los almacenes y locales destinados a la conservación, manipulación y expedición de pescado sea «transparente y diáfana». Este deseo contrasta, según los afectados, con la «opacidad y confusión» que hasta el momento caracteriza todo lo relacionado con los almacenes.

Los presidentes de la Asociación Asturiana de Mayoristas de Pescado, Inocencio Rodríguez, y de la asociación correspondiente de minoristas, Manuel Rodríguez, «Lito», son de la opinión de que, al menos, ya que no se ha considerado oportuno que sus organizaciones formen parte del accionariado de la gestora de la rula, se les tenga en cuenta para ocuparse de todo lo referido a la organización, reparto y gestión de los almacenes y cámaras frigoríficas.

La expectación en el sector comercializador por el proceso que ahora se abre para poner en funcionamiento la lonja es máxima. Por una parte, se asegura que el mercado pesquero asturiano no está en condiciones de resistir mucho más tiempo una situación de enfrentamientos, deterioro de instalaciones y fuga de barcos como la que se vive desde hace dos años en Avilés, el puerto del Principado con mayores desembarcos de pesca. Además, los comercializadores dicen estar «preocupados» por la falta de información sobre los planes de la Autoridad Portuaria para los almacenes, una pieza clave para el desempeño de sus actividades e, incluso, factor que influye en la toma de decisiones sobre futuras inversiones.

Manuel Rodríguez se hizo eco ayer del desconcierto que se ha apoderado de algunos empresarios que fueron abordados en el muelle pesquero para ofrecerles la posibilidad de reservar locales en la nueva rula. «¿Cómo puede ser semejante cosa si ni siquiera está constituida oficialmente la sociedad de gestión de la lonja?», se pregunta el representante de comercializadores minoristas. Razón de más, explica el empresario, para reclamar «máximo rigor y claridad en la gestión y adjudicación de los locales».

Inocencio Rodríguez une a lo anterior su inquietud por la repercusión económica que tendrán los almacenes en las cuentas de las empresas: «La última noticia que tuvimos al respecto fue que se pretendía cobrar una tarifa de seis euros por metro cuadrado, más el 5 por ciento de canon de la lonja; esas cantidades, que nadie ha desmentido desde entonces, son desproporcionadas a todas luces». El presidente de la principal asociación asturiana de mayoristas solicita que se den cuanto antes explicaciones sobre el marco tarifario para «tranquilidad general del sector comercializador» y recalca que las empresas tienen que disponer de esa información para, con suficientes elementos de juicio, definir cuál será su despliegue en la nueva lonja.

Ambas organizaciones anuncian próximas reuniones con sus asociados para analizar la situación y fijas posturas.