T. C.

La Cofradía de Pescadores «Virgen de las Mareas» aseguró ayer, mediante un comunicado, que la decisión del Puerto de constituir una sociedad que gestione la nueva lonja con capital mayoritariamente público y presencia de la organización pesquera «no satisface plenamente» sus expectativas, aunque también destaca que, al menos, «puede servir de instrumento para la puesta en marcha de la rula».

El consejo de la Autoridad Portuaria decidió el martes que la sociedad esté formada por cuatro socios: el propio Puerto y el Principado de Asturias, que se reservan el 60 por ciento del capital; la cofradía, con un tercio de las acciones, y la Cámara de Comercio, con un cinco por ciento.

Los pescadores siguen defendiendo la idoneidad de que sean ellos los únicos que se encarguen de la gestión, una vez empiecen a funcionar las nuevas instalaciones y como ya han venido haciendo desde hace muchos años. «Esta cofradía, promotora en gran medida de la existencia de la nueva lonja, se sigue sintiendo capacitada para desarrollar en solitario el proyecto pesquero del puerto de Avilés. Sin embargo, la responsabilidad institucional que nos corresponde en el sector nos ha llevado a suscribir un preacuerdo con la Autoridad Portuaria», dice la nota de la cofradía.

Los pescadores, que han preferido mantener silencio durante todo el conflicto pesquero, y más aún durante las negociaciones con el presidente de la Autoridad Portuaria, esperan que los poderes públicos reconozcan «de una vez por todas» quien pone los intereses generales «por encima de los particulares» y quien, durante el conflicto, «sólo ha pretendido imponer criterios con el único argumento de la fuerza que se asigna a sí mismo», en clara referencia a Lonja Avilés.

Y es que la sociedad de armadores exigía a Manuel Docampo, presidente del Puerto, que para entrar a formar parte en la gestora tendría que tener, por lo menos, igual número de acciones que la cofradía de pescadores. Pedía, además, la entrada de otro ente pesquero, como la Federación Asturiana de Cofradías que, finalmente, tampoco se ha integrado en la gestora.