Vanessa PARAPAR

Rubias, morenas, tostadas, «sin» y «con»: hay cervezas para todos los gustos y, la mayoría, se pueden degustar ahora en Piedras Blancas. Los castrillonenses lo saben y los visitantes también. Por eso cada año en verano decenas de personas acuden a la plaza de Europa donde se celebra el ya tradicional festival de la cerveza que organizan los hosteleros del concejo con el objetivo de rendir culto al zumo de la cebada. La folixa cervecera comenzó ayer a las siete de la tarde, si bien el público no hizo acto de presencia hasta eso de las nueve, una vez que concluyó la jornada de playa. Entonces el oro líquido con más seguidores comenzó a correr y las calles castrillonenses se inundaron de espuma hasta eso de las dos de la madrugada.

La jornada continuará esta tarde. De nuevo a las cinco abrirán las diez jaimas -cuatro de comida y seis de bebida- donde los distintos hosteleros ofrecen el compuesto de lúpulo a sus clientes más manjares con los que llenar el buche. Por la noche, a partir de las ocho y media, el grupo de música «Tomara» amenizará la fiesta y, un poco más tarde, a las once, «Jump to Venus» se subirá al escenario de la plaza de Europa.

«El Callejón» y «White Way» serán mañana, sábado, los encargados de hacer mover el esqueleto a los fieles de la cerveza. Los más atrevidos, además, podrán participar en un concurso de toro mecánico. La velocidad de la atracción se regulará en función de la edad de los aficionados al rodeo. La jornada sabatina coincidirá con el Rally «Villa de Avilés» en Castrillón.

Los interesados en asistir al festival de la cerveza de Piedras Blancas para catar las última cosecha de cebada -se venden cervezas nacionales y de importación- podrán desplazarse desde Avilés, Salinas y Piedras Blancas en los autobuses «búho» gratuitos con salida de Avilés a las once, las doce, la una y las dos de la noche. Las jaimas permanecerán abiertas hoy y mañana hasta las tres y media de la madrugada, mientras que el domingo, día de clausura del festival, se cerrarán a la una de la noche. Hasta entonces, los castrillonenses tienen por delante días de jolgorio a ritmo de caldo de cebada.