Vanessa PARAPAR

Jerónimo Aguado es campesino y también el presidente de la Plataforma Rural de Amayuelas de Abajo (Palencia). Su imagen dista de la de aquel pastor de pantalón de pana, cuerda por cinturón y boina. El campo se ha modernizado con los años y también las gentes que viven de él. Pero hacen falta más manos. De ahí que Jerónimo Aguado, más conocido como Jeromo, incitara ayer a los asistentes a una conferencia organizada por Emaús a regresar al campo. Su mensaje iba dirigido, especialmente, a los jóvenes que viven en las ciudades.

El ponente explicó que Amayuelas de Abajo apenas estaba habitado por una familia de cuatro personas que se dedicaban a la ganadería y agricultura antes de la llegada de la plataforma. Ahora ya hay diecinueve vecinos. Savia nueva. «Además hay unas ocho personas que vivimos en pueblos cercanos y vamos a Amayuelas a trabajar», destacó Aguado. Y añadió: «El futuro de la sociedad pasa por que los seres humanos de este siglo optemos por reencontrarnos con el campo y la naturaleza».

Aguado manifestó que los jóvenes tienen en su mano impulsar proyectos relacionados con la gestión de los recursos naturales, trabajos de bioconstrucción, la gestión de residuos, el desarrollo de pequeñas empresas o potenciar el turismo rural. «Hemos creado la Universidad Rural Paulo Freile para desarrollar nuestro proyecto», recalcó el campesino.

La Plataforma Rural de Amayuelas de Abajo no sólo tiene este proyecto consolidado: dentro de la comarca van a realizarse actividades de economía social, atención a la población más desfavorecida e iniciativas de desarrollo económico para aprovechar todos los recursos locales.