T. C.

El concejal de Servicios Urbanos, Luis Ramón Fernández Huerga, aseguró ayer que la obra para peatonalizar la calle Campo del Conde, en San Cristóbal, que incluye la instalación de bolardos, se debió «ni más ni menos» que a motivos de seguridad.

«Es un tramo estrecho con una curva cerrada y la única forma que había de dar seguridad a esa zona era con la solución que se adoptó. La calle no se cierra ni para beneficiar a un hostelero ni por cacicada», afirmó el edil socialista. Es más, Fernández Huerga comentó que fue la propia asociación de vecinos del barrio, además de otros residentes, la que instó al Ayuntamiento de Avilés a adoptar las medidas de seguridad pertinentes en esa calle, ya que en las inmediaciones hay un pequeño parque donde juegan los niños y ya se había producido «algún susto».

El concejal apuntó, además, que el carril cerrado «no es imprescindible para la circulación», ya que los vehículos pueden utilizar otras vías anexas. «La zona gana con el cambio e, incluso, se podría llegar a reurbanizar y dejar así una calle más amplia», comentó.

Fernández Huerga acusó, además, al PP de atender más a «cuestiones partidistas» que municipales tras criticar la medida adoptada por el gobierno en esa calle.

«Si no llegamos a poner los bolardos y la semana que viene, por ejemplo, hay un accidente o un atropello, estoy seguro de que Constantino Álvarez, portavoz del PP, nos hubiera criticado y hubiera dicho que hubo dejadez municipal», aseveró el concejal de Servicios Urbanos.