Piedras Blancas,

Inés MONTES

El estudio «La Memoria Histórica en el concejo de Castrillón» encargado por el Ayuntamiento a los historiadores Pablo Martínez y Azucena López concluye que en el municipio existen dos grandes fosas comunes, una en Salinas y otra en La Lloba, y otras de menores dimensiones, una de ellas en el Ventorrillo. El informe es el paso previo para alcanzar el objetivo del gobierno local (IU-PSOE) de constituir una comisión técnica que trabaje en la recuperación de la memoria histórica local con el fin de identificar las fosas comunes, tener asesoramiento legal ante una posible apertura de las mismas y atender a las víctimas y sus familiares, según indicó el concejal de Cultural, Iván Patiño.

El pinar de Salinas, según los autores del estudio, fue uno de los primeros lugares utilizados para enterramientos por las tropas de Franco dada su extensión, su localización y las condiciones del terreno. Los testimonios recogidos por los historiadores señalan el pinar como área de fusilamiento y una zona en la que se encontraron cadáveres incluso en la década de los sesenta del pasado siglo. «Es probable que la fosa del pinar se utilizara en varias ocasiones. No sólo alberga cadáveres de ciudadanos de Castrillón, sino de personas de otros puntos de la comarca», dicen los investigadores. Pablo Martínez y Azucena López sostienen que es difícil determinar el lugar exacto de la fosa del pinar, pero la sitúan en las inmediaciones del Instituto de Salinas.

La otra fosa común existente en Castrillón está en La Lloba. Ese lugar de enterramiento tiene su origen en una trinchera excavada durante el verano de 1937 para frenar un posible ataque de las tropas de Franco desde el sector de Pravia. A mediados de noviembre de ese mismo año, un mes después de que las tropas franquistas entraran en Castrillón, la trinchera comenzó a ser utilizada como fosa común.

Los testimonios recogidos en Santiago del Monte y entre familiares de desaparecidos indican que la fosa guarda numerosos cadáveres, según los autores del estudio. En el año 2003 la Asociación de la Memoria Histórica Asturiana promovió la conservación de la fosa de La Lloba y logró preservarla de las obras de la Autovía del Cantábrico, iniciativa que contó entonces con el apoyo del Ministerio de Fomento.

Pablo Martínez y Azucena López sostienen en su estudio que en el concejo existen más fosas comunes, aunque de menores dimensiones que las de Salinas y La Lloba y mucho más difíciles de localizar. No obstante, esperan que los trabajos de distintos grupos de investigación que actúan en Asturias consigan su identificación y localización. Así, se conoce el caso de una fosa en el Ventorrillo que correspondería, según testimonios orales, a dos mujeres. Los historiadores afirman que las playas del concejo también pudieron ser utilizadas como lugares para enterramientos y los investigadores no destacan que también puedan hallarse fosas en el entorno rural del concejo castrillonense.

Los historiadores cifran en unas 400 las víctimas directas de la represión franquista en el municipio. Además, 150 personas padecieron juicios sumarísimos, y de ellas 74 fueron condenadas a muerte y fusiladas en el cementerio de Ceares (Gijón).