La cofradía de pescadores de Avilés celebra hoy su patrona, la Virgen de las Mareas, en un momento en que todo son pulgas a perro flaco. El sector pesquero atraviesa momentos de incertidumbre que no acaban de despejarse por ningún lado y la entidad que durante años gestionó la rula avilesina atraviesa un periodo somnoliento del que parece no salir. De la actitud beligerante contra las pretensiones del Principado al marasmo actual hay bastante trecho. Sin duda, perder la gestión de las subastas constituye un duro golpe económico para la cofradía, pero no por ello debería dejar de ejercer su misión y alzar la voz para reclamar cuantas mejoras y demandas sean necesarias para sacar el sector pesquero del fondo del abismo. No sería admisible que, como señaló en su día el diputado socialista Álvaro Álvarez expresando quizás sus deseos, la cofradía acabase siendo una mera «institución simbólica». Hoy organiza su fiesta: es sin duda una buena ocasión para hacerse oír.