Presidente de Xstrata Zinc, matriz de Azsa

Francisco L. JIMÉNEZ

A Santiago Zaldumbide Viadas (Guecho-Vizcaya, 1942) le «tira» Asturias, aunque procura hacer poco alarde de esa simpatía por mera cuestión de diplomacia; como miembro del comité ejecutivo de la multinacional Xstrata sus palabras tienen repercusión en otros países donde la compañía tiene intereses y no sería elegante mostrar debilidad por una fábrica en concreto. Claro que si de lo que se trata es de convencer a un grupo de analistas internacionales de la solidez del proyecto de Xstrata Zinc, qué mejor que traerles a San Juan de Nieva y enseñarles la mayor factoría de cinc electrolítico del mundo y una de las más eficientes. Así lo hizo esta semana, dejando un hueco en su agenda para conceder esta entrevista a LA NUEVA ESPAÑA.

-Pese a la crisis, Azsa cerró el ejercicio de 2009 sin reducir su capacidad productiva y sin aplicar ajustes laborales, lo que la convierte en una excepción positiva en el sector de la gran industria. De puertas afuera tal parece que la empresa es inmune a la recesión.

-Pues nada más alejado de la realidad, esa visión es un error mayúsculo. El marco general es que en España tenemos una situación económica desastrosa, como bien sabe cualquiera que lea los periódicos, vea la televisión o hable con la gente. El paro rozando el 20 por ciento de la población activa es sólo una cara del problema, ahí está el preocupante nivel de deuda pública o la delicada situación de España en la eurozona... Pero bueno, como no soy político, no seré yo quien hable de eso.

-No obstante sí que puede hablar en calidad de empresario...

-Lo anterior ha desembocado en una enorme pérdida de competitividad de la economía española que nos afecta a todos. Ese mal general que padece España ha afectado a Azsa muchísimo y es muy fácil de comprobar. Yo invito a sus lectores a que se den una vuelta por el puerto de Avilés y vean los miles y miles de toneladas de cinc que están allí apiladas en stock. Si hablamos del ácido sulfúrico, los números dicen que tenemos problemas con el precio y que incluso algunos cargamentos, para que se los lleven, tenemos que poner dinero; las primas sobre el metal, que son las que dan el beneficio, han bajado de una forma espectacular; el asunto de la tarifa eléctrica, tan importante para la estructura de costes de Azsa, está arreglado en términos de mal menor, pero tampoco es lo que queremos; la mano de obra, veremos a ver cómo acaban las negociaciones del convenio... En fin, insisto, la pérdida de competitividad de Azsa es notable, semejante a la de otras empresas de la zona que lo están pasando mal.

-Algo debe de haber, sin embargo, que explique por qué Azsa no ha recurrido a medidas drásticas de ajuste para sortear los palos de la crisis.

-En efecto, hay una diferencia fundamental y es que Azsa no es una empresa sola, forma parte desde 2001 de un cuerpo llamado Xstrata; si no fuese así, como he explicado tantas veces, Azsa ya no existiría porque su sector de negocio la habría devorado. En estos momentos de crisis, por ejemplo, Xstrata funciona como un pulmón financiero y gracias a ella podemos gestionar con relativa comodidad los stocks de cinc pensando que algún día llegará la recuperación.

-¿Qué más le aporta Xstrata a Azsa?

-Xstrata está metida de forma muy diversificada -carbón, cobre, níquel, cromo, cinc...- en el sector de las materias primas y se beneficia del impacto positivo que se da en algunas partes de la economía como consecuencia de los países emergentes y muy especialmente China. Puede pensarse hasta que es una cuestión de suerte, pero lo que no puede es decirse que Azsa está haciendo una gestión de la crisis diferente a otras empresas; eso es falso. El único milagro, de haberlo, es que se supieron tomar las medidas adecuadas en el momento oportuno.

-Habla usted de pérdida de competitividad de la fábrica de San Juan por culpa del marco económico español. Podría ser un poco más concreto, por favor.

-Se trata de una pérdida de competitividad en términos relativos. En otros sitios ha habido reestructuraciones de empleo fortísimas, congelaciones salariales, reducciones del precio de la electricidad (en Alemania sin ir más lejos del orden del 30 por ciento)... Es decir, en otros países han ocurrido cosas y aquí no, lo cual compromete la competitividad de empresas como Azsa. ¿Consecuencias de esto? Pues que ante una caída de pedidos como la que hemos sufrido la única defensa es rebajar los costes, pero si éstos se mantienen o suben como cuando las cosas iban bien tenemos un problema. Por eso pienso que el gran debate político nacional debería girar en torno a la necesidad de tomar medidas drásticas para sanear nuestra economía; no voy a entrar en si los partidos deben actuar juntos o por separado, pero no tengo duda de que hay que actuar, y cuanto antes mejor.

-El acuerdo sobre la tarifa eléctrica alcanzado el año pasado ha acallado las quejas de empresas que, como Azsa, tienen una estructura de costes con altísima dependencia del precio de la electricidad, pero tiene fecha de caducidad. ¿Pan para hoy y hambre para mañana?

-Realmente la pregunta es: ¿es suficiente el acuerdo eléctrico dado el contexto internacional? Pues, mire, no; necesitaríamos un precio de la electricidad bastante más bajo del que tenemos. Pero por otro lado entendemos las dificultades que hay y aceptamos el precio vigente pese a que es parecido al de 2008 y 2009. El último año subió el precio de la energía un 2,5 por ciento y hasta casi nos parece normal porque parecía que podía subir mucho más.

-¿Se han cumplido los objetivos económicos de Azsa y Xstrata en 2009?

-Los resultados de Azsa aún no son comentables y los de Xstrata han sido muchísimo más bajos que los de 2008, pero más que aceptables dada la situación económica. La verdad es que en el consejo de Xstrata estamos bastante satisfechos. La clave, la suerte o llámelo usted como quiera es que Xstrata tiene intereses mineros y ese negocio marcha bien. Por eso, vuelvo a subrayar la importancia que tiene para Azsa la pertenencia a un grupo del tamaño y la diversificación de Xstrata.

-¿Cuántos cadáveres empresariales ha visto pasar ante sus ojos en estos meses de crisis?

-Pues la verdad que unos cuantos; aproximadamente un 10 por ciento de toda la producción mundial de cinc ha cerrado.

-¿Eso es una oportunidad para las empresas que resistan?

-En términos mundiales sí que lo es, pero para Xstrata Zinc en su conjunto y siempre que sobrevivamos, claro.

-A corto plazo, pensando en 2010, ¿cuáles son las perspectivas del negocio del cinc?

-Digamos que... razonables. Esperamos que se mantenga pujante el negocio minero gracias al impacto de países como India, China o Brasil. No obstante, ignoro hasta cuándo van a durar la crisis y su impacto.

-Y eso traducido a la fábrica de San Juan de Nieva, ¿qué significa?

-Es difícil de saber. Los clientes están en España -más del 50% de la producción, mal asunto- y luego en otros países europeos sujetos a incertidumbres. Porque, ¿hasta dónde se va a producir una recuperación en Alemania y con qué fuerza? O en Italia o en Gran Bretaña...

Pasa a la página siguiente