E. CAMPO

El país de las montañas de agua tiene los colores terrosos, manos trabajadas y poesía en formas de barro. «Bodegón en el país de las montañas de agua. Alto Sil, 1997» es la exposición que ayer inauguró el artista Benjamín Menéndez, y que podrá visitarse hasta el 8 de mayo. Se trata de una recopilación de trabajos inspirados en temas etnográficos de la comarca de El Bierzo. «Es una obra muy íntima», explicaba ayer Menéndez a una de las asistentes a la inauguración. La sala Octógono se llenó para el regreso del artista a las galerías avilesinas, tras cinco años dedicado a otros proyectos.

Benjamín Menéndez quiso recuperar los trabajos de este «Bodegón» una década después de haberlos pintado, y lo hizo porque la autenticidad de los temas lo merecía. «Con el tiempo adquieren más valor por la belleza que descubren en ellas». Pensó en exponer otras aguadas más recientes, pero el Alto Sil se impuso en la elección.

«Es un mundo muy enriquecedor, para entrar en él lo he dibujado mucho. Procuré recoger estas costumbres, que además están a punto de desaparecer», explica. Dibujos, pinturas y fotografías fueron la puerta que el artista empleó para introducirse en un mundo que no era el suyo, pero por el que siente gran respeto. En sus estancias en el Alto Sil también aprendió los rudimentos de unas costumbres y tareas muy similares a las de cualquier pueblo de Asturias.

«Esto ya es historia», dice Benjamín en referencia a lo rápido que están desapareciendo faenas como el segar la hierba a golpe de guadaña, o ir a recoger leña de roble para atizar la cocina. Una de las cosas que más le llamó la atención de este mundo rural fue lo fuerte que le atrapó, la intensidad con que le invitó a plasmarlo. «Son de esos sitios que te tocan la fibra», indica.

La técnica elegida para los trabajos que presenta en Octógono, la aguada, contribuye al autor a crear unas estampas melancólicas donde paisaje y paisanaje se funden, como derretidos. La poesía que él descubrió, dice, está también al alcance de los moradores de aquellas tierras. Como ejemplo pone el texto que acompaña a la exposición, «Manual de Pastos, realizado por C.A. Eberhardt, residente en el Alto Sil, que recoge todas las tareas de un mundo en extinción.

Las inquietudes artísticas de Benjamín Menéndez están ahora volcadas hacia la escultura, concretamente la realizada con materiales cerámicos. «Es un mundo mágico», dice con gesto de ensueño. Mágico como el país de las montañas del agua.