Andan las aguas revueltas por el Puerto. Lo normal cuando se anuncia una huelga de estibadores que, en caso de llevarse a cabo, paralizará los muelles de toda España. El motivo de la convocatoria de huelga es, una vez más, la intención del Gobierno de reformar la ley de Puertos para promover una modernización de los mismos. Si se lee la letra pequeña del anteproyecto que el Ministro de Fomento, José Blanco, quiere tramitar en el Parlamento se adivina también la intención de cambiar las condiciones de trabajo de los estibadores para abaratar costes. Los estibadores, como los controladores aéreos de Aena, son para José Blanco una casta de privilegiados porque tienen unos salarios muy por encima de la media, cuestión que los interesados -cómo no- niegan. Encomiable propósito del Ministro ese de velar por cómo se gasta nuestro dinero, pero ya puestos ¿por qué no dar ejemplo metiendo tijera a los sabrosos honorarios de los cargos instalados en eso que se viene en llamar la «cosa pública»?