La última emisión dedicada a la moda española versa sobre el desaparecido diseñador manchego Manuel Piña y su aportación al mundo de la moda en las últimas décadas del siglo XX. Manuel Piña (1944-1994) nació en Manzanares (Ciudad Real). Perteneció a la nueva generación de diseñadores españoles que a partir de 1980 trabajaron duramente para poner en marcha la Federación del prêt-à-porter español y lograr que la moda de nuestro país fuera reconocida y ocupara un lugar destacado en el ámbito internacional. Con 20 años se estableció en Madrid y al poco tiempo se hizo cargo de un pequeño taller de punto, tomando contacto con la moda y el diseño. Su primera colección la presentó en el Liceo de Barcelona, pero su consagración llegó con el desfile en la carpa del circo de la Ciudad de los Muchachos de Madrid, en 1982.

Piña introdujo en sus diseños nuevos tejidos y materiales, como el cuero trenzado, la lana teñida a mano, el macramé, el charol y los entretejidos de punto, dando paso a nuevas tendencias de las que se hicieron eco en el extranjero. Con el pintor Juan Gomilla y otros diseñadores y artistas del momento presentó en la Llotja de Barcelona, en 1984, la colección «El algodón y el arte», que quedó recogida en los anales de la moda española.

El manchego se confesaba un enamorado de su trabajo al manifestar: «Un diseñador es un hombre que trabaja para hacer la vida de los demás más agradable». En los últimos años de su vida se le identificaba por el pañuelo de pirata anudado a la cabeza, idea secundada por muchos jóvenes.

En 1989, Manuel Piña ganó el concurso convocado por Correos y Telégrafos para vestir a los carteros de toda España, proyectando en los nuevos uniformes una imagen de armonía y comodidad en el amplio colectivo de repartidores.