S. FERNÁNDEZ / I. GARCÍA

La «movida» avilesina no puede depender de Sabugo en exclusiva. Ni del Carbayedo. Ni de Rivero. Ésta es la creencia generalizada entre los profesionales de la hostelería que miran expectantes lo que el Niemeyer traiga de bueno a la ciudad en forma de visitantes y quieren tener los deberes hechos para cuando llegue ese momento. Avilés -vienen a decir- necesita diversificar su oferta de ocio y el modo de lograrlo es que las tres grandes áreas tradicionales de esparcimiento se complementen. O sea, la teoría de un triángulo imaginario cuyos vértices serían Sabugo, Rivero y El Carbayedo y los lados pasarían por las calles de Galiana y La Ferrería y el eje San Agustín-Las Meanas. No deja de ser una teoría, pero los primeros pasos ya se están dando. El verano pondrá a prueba la viabilidad del experimento.

Miguel Villabrille es uno de los que se suman a la ola de la «movida» que asciende por Galiana: en pocos días abre local en el parque del Carbayedo. Villabrille es uno de los propietarios de un establecimiento que funciona muy bien en Sabugo: el Súmmum. «Creemos que el Carbayedo es una zona en crecimiento, una zona para estar tranquilo, una zona que va a complementar Sabugo o Rivero», explica. «Que haya distintas zonas no tiene por qué suponer competencia; se comparten públicos y ya está. Arriba, en el Carbayedo se toma la primera copa, pero si se quiere bailar, luego se baja a Sabugo», apunta. «Sabugo solo no puede liderar la marcha avilesina, pero el Carbayedo y Galiana, por si solos, tampoco pueden hacer nada. Cada uno necesita de los otros», concluye.

Ezequiel Dávalos es el dueño del Popul'art, en el parque del Carbayedo. «Cuando llegamos aquí, en 2003, no había ningún local como este. Bueno, estaba el Tataguyo, el Cocolet? y poco más: la sidrería Carreño, por ejemplo. Encontramos este local que había ocupado antes el Líneas? Era ideal para la idea que teníamos: un bar cultural en el que se pudieran organizar exposiciones, conciertos? y no nos ha ido mal del todo», apunta el hostelero. «La zona de Galiana y el Carbayedo está despuntando desde hace un par de años porque el público no quiere más de lo mismo, busca ofertas alternativas a las tradicionales. Aquí tenemos muy buenas terrazas para las primeras copas y, además, contamos con algo a nuestro favor que pocos tienen: la leyenda de la calle de Galiana». Los años noventa reviven de nuevo.

En efecto. A finales de los ochenta no se podía caminar debajo de los soportales de la calle de Galiana. A cada paso había un bar y cada bar era un tumulto. La fiesta nocturna comenzaba a la altura del Don Floro y cuando la noche empezaba a ser madrugada el público salía del Líneas, en una esquina del parque del Carbayedo. Esa línea continua se resquebrajó con la peatonalización de la calle. Jorge Menéndez, actual propietario del Floro, está convencido de que aquella obra «eterna», según asegura, terminó con las madrugadas de Galiana, que cogieron las maletas para dejar atrás las zanjas y empezar de nuevo en otras zonas de Avilés. Fue a mediados de los noventa. Entonces emergieron La Ferrería, Rivero y Sabugo. Y Galiana se hundió en el olvido. Hasta ahora.

Algunos resistieron y confían en reverdecer laureles. Menéndez se gana la vida en la hostelería desde finales de los ochenta. En 2003 se hizo cargo del Don Floro y desde entonces no ha parado. Su bar es una referencia en la calle: porque sigue ahí y porque por su escenario han pasado músicos tan singulares como Chris Barron o Vicki Gastelo. «Tenía un bar en Sabugo que cerré porque quería cambiar de ambiente, y eso que entonces estaba en su apogeo», recuerda. Cuando aterrizó en Galiana sólo se encontró con Les Ablanes, en el parque del Carbayedo, con La Bellota y con un restaurante italiano. «Ahora vuelven a abrir locales, el público regresa, aunque es distinto del de los años ochenta y noventa: son mayores de treinta años, van de vinos? Galiana, con los restaurantes, se ha convertido en una zona de primera copa», sentencia.

¿Y Rivero, cómo le va? Los hosteleros de esta calle quieren retroceder en el tiempo y recuperar la «movida» de los años noventa. Por aquel entonces, cientos de avilesinos salían durante viernes y sábados por esta céntrica calle que en los últimos tiempos ha perdido fuelle. «A Rivero le falta todavía un poco para resurgir, pero en ello estamos, programando actividades», indica Alberto Cora, propietario de La Caverna. Una de esas propuestas en cartera pretende llevarse a cabo el próximo 29 de junio, festividad de San Pedro. Los hosteleros han comenzado a entablar conversaciones con la Cofradía de San Pedro y la Asociación de Vecinos «Pedro Menéndez» para organizar actividades y retomar esa fiesta.

«Nosotros no queremos que ninguna zona se muera, que la gente se mueva y no se estanque en un lugar concreto, hay que buscar un eje común entre Sabugo, Carbayedo, Rivero y La Ferrería para fomentar la movida en Avilés», subraya Cora.