Myriam MANCISIDOR

El naranja parece ser el color que más despista en Avilés a los conductores, principalmente foráneos, que estacionan en las calles afectadas por la ordenanza reguladora de los aparcamientos (ORA), que comenzó a aplicarse a finales del pasado mes de noviembre. Las plazas pintadas de naranja permiten a los automovilistas estacionar sus vehículos durante cuatro horas a cambio de dos euros. Pero no existe ni significa lo mismo en todas las ciudades que tienen coloreadas las plazas con este color. De ahí la incredulidad de algunos conductores que llegan a Avilés procedentes de otras regiones y que únicamente asocian el color azul al pago por estacionar.

Rafael Falcones, de Madrid, es un ejemplo. Este hombre aparcó el jueves en la calle Fuero de Avilés con un objetivo: disfrutar de la gastronomía local. Iba acompañado por un grupo de amigos. «Vimos la línea naranja pero desconocíamos su significado así que no adquirimos el ticket. Cuando volvimos al coche después de comer nos encontramos con la sorpresa», sentenció. Y precisó: «La sorpresa fue que el coche se lo había llevado la grúa al depósito municipal y allí mismo conocimos el importe de la doble sanción, 60 euros por el trabajo de la grúa y ochenta más por no poner el ticket de aparcamiento en zona naranja». En el depósito municipal Falcones se encontró con turistas vallisoletanos en su misma situación.

«Es un estacazo para el turismo, el significado de la línea naranja sólo lo sabe quien vive o viene habitualmente a Avilés», dijo el madrileño sancionado, que añadió: «Más allá de la multa, que la grúa te lleve tú coche es absurdo y supone además un disgusto, un susto y un mal recuerdo de la ciudad suficiente para no regresar».

La ley, sin embargo, ampara a los agentes de la Policía Local que retiran aquellos vehículos estacionados en plazas reguladas siempre que carezcan de ticket de aparcamiento de acuerdo a la ordenanza de tráfico. En Avilés, la ordenanza reguladora de los aparcamientos divide las plazas de estacionamiento en tres colores: azul, naranja y verde. Este último color indica los huecos destinados a residentes, que disfrutan de un precio especial de 0,15 euros por 24 horas. La línea azul (alta rotación) supone el pago de 1,30 euros por aparcar durante dos horas y la naranja (baja rotación) tiene un coste de dos euros por cuatro horas. Estas franjas marcan el centro de Avilés y los barrios del Carbayedo y El Quirinal, con casi 3.000 plazas reguladas.

En otro orden de cosas, los conductores avilesinos se mostraron ayer quejosos por las numerosas zonas existentes para labores de carga y descarga en áreas alejadas de las calles afectadas por la ORA. «La zona azul está vacía y lo que quieren es echarnos para el centro de la ciudad con zonas de carga», criticaron los afectados.