Luanco,

Illán GARCÍA

Un centenar de escolares de Porrúa y Quirós se trasladaron ayer, con ayuda de su imaginación y los contenidos del Museo Marítimo, a la época en que en Luanco se cazaban ballenas, proliferaban los astilleros para construir barcos y, en días de niebla, las embarcaciones usaban sirenas para avisar de su presencia. Hasta más de uno se sintió pirata por un día gracias a los disfraces que les proporcionaron y que vistieron para la ocasión. El «sueño marinero» fue guiado por los alumnos del Colegio luanquín de La Canal durante una visita al Marítimo que sirvió para celebrar el «Día internacional de los museos».

Los anfitriones mostraron a sus compañeros de otros concejos las diferentes partes del museo, deteniéndose en lo que les parecía más interesante. El luanquín Jaime Busto, de 13 años, explicó a un grupo de llaniscos la utilidad de las nasas, los viveros y los diferentes tipos de lanchas. Busto tenía la lección bien aprendida ya que proviene de familia marinera. A Joan Vela, de Celorio (Llanes), le gustó la reproducción de los astilleros, talleres de carpintería donde hasta hace pocos años se construían barcos y lanchas. «Antes no se necesitaban máquinas para construir los barcos», comentaba con sorpresa el llanisco Gerardo Fernández.

Piso arriba, piso abajo, los niños camparon a sus anchas por el Museo Marítimo. La luanquina Sheila Jiménez subió a la primera planta con su grupo. Y allí explicó a sus compañeras de Porrúa Candela Noriega y María Álvarez, entre otras, los tipos de playas: de arena, de piedras... Sin duda, las que más le gustaron a estas llaniscas de 6 años fueron las de arena. «¿Sabéis lo que es un ferry?», se oía preguntar entre el tumulto.

«Montamos en un barco de pesca, y de pie», comentaba orgulloso el llanisco David García. «Y conocimos el barco con el que Cristóbal Colón descubrió América», añadía su compañero Juan Haces. Los niños se subieron a un barco de pesca y cogieron la rueda del timón en la cabina de mandos, no sin antes familiarizarse con los tipos de peces del mar Cantábrico, con los nudos marineros y con los trajes que usan los buzos y los pescadores. «Nos lo están explicando todo muy bien», afirmó Alba Sánchez, de Quirós.

Tras la visita, los pequeños hicieron un alto en el camino para conocer los contenidos de los museos etnográficos de Quirós y Porrúa gracias a la proyección de un vídeo. Después de las proyecciones, los alumnos dieron un paseo por Luanco. Durante la mañana de hoy, los alumnos del Colegio de La Vallina de Luanco harán de anfitriones para una visita de niños de Pola de Somiedo y Morcín.