F. L. JIMÉNEZ

El gobierno local de la única gran ciudad asturiana que no dispone de un solo metro de carril bici abierto al tráfico valora de modo muy positivo el crecimiento del número de usuarios del servicio público de alquiler de bicicletas, que ya superan los 3.000. Eso pasa en Avilés, para estupor de los aficionados del pedal.

«Resulta irónico que desde el Ayuntamiento se destaque la buena acogida que tienen las bicicletas públicas de alquiler y, sin embargo, éste sea el único gran concejo asturiano sin carriles para bicis», asevera Francisco Lago, un usuario habitual de bicicleta que forma parte de Masa Crítica, un grupo de personas que reivindica las máximas facilidades para rodar en bici por la ciudad.

No es de ahora que el uso de la bicicleta en Avilés sea terreno abonado para la paradoja. El único tramo de carril habilitado para bicicletas que existía en el casco urbano, el que discurría por la avenida del Conde de Guadalhorce, fue suprimido hace cinco años cuando la Autoridad Portuaria construyó el paseo marítimo, y en la actualidad a los ciclistas que son sorprendidos rodando por el paseo se los conmina a circular por la calzada. «Salvo el tramo de senda que va paralelo a la ría entre el puente de San Sebastián y el Hospitalillo, en Avilés las bicis están condenadas a compartir espacio con los coches», explica Lago.

El Ayuntamiento avilesino, consciente del déficit, adjudicó hace una semana el proyecto para abrir un itinerario ciclista paralelo al cauce del río Arlós. Se invertirán 1,4 millones de euros, y 19 empresas se interesaron por la obra, finalmente adjudicada a la sociedad Obras Generales del Norte, que redujo el coste de ejecución a 977.505 euros más IVA.

Pese a esta anunciada mejora, los usuarios avilesinos de bicicletas miran con sana envidia el modelo de Gijón, una ciudad cuyo ayuntamiento proyecta la apertura de 63 kilómetros de carriles bici y donde cada nuevo desarrollo urbanístico está obligado a tener en cuenta las necesidades de los ciclistas. O incluso el de Oviedo, un municipio que se ha propuesto combinar la existencia de carriles bici con otras vías en las que los vehículos a motor no podrán circular a más de 20 o 30 kilómetros por hora.

«Como ya hemos hecho saber muchas veces al concejal responsable, Avilés pide a voces un modelo de carriles bici basado en un esquema radial que permita conectar los diferentes barrios con el centro. Además, se podrían establecer itinerarios para unir Avilés con Castrillón a través de Raíces Nuevo y con Corvera a través de Las Vegas o Trasona», explica Francisco Lago.

No obstante, la reivindicación de carriles bici no cuenta con el respaldo unánime de todos los ciclistas; un grupo minoritario sostiene que esos viales exclusivos inducen al exceso de confianza de los ciclistas, que acaban relajando las pautas de seguridad, con el riesgo de sufrir accidentes en las vías de tráfico mixto que eso entraña.

Los ciclistas también echan de menos la existencia de aparcamientos para los vehículos de dos ruedas en lugares estratégicos como los polideportivos o la Casa de Cultura. «Si andas en bici por Avilés, cuando te apeas tienes que dejarla candada a un árbol o una farola», asegura un usuario.