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Y es que los Príncipes conocieron al detalle algunos de los principales iniciativas que impulsa el municipio: la recuperación del castillo de Gauzón y la rehabilitación de la mina de Arnao. Vallina recordó la anécdota que protagonizó en su día la reina Isabel II, que descendió hasta la cota -100 de la mina y recorrió casi doscientos metros bajo el mar. Años después, Alfonso XII, hijo de Isabel II, repitió la visita y superó a su madre al descender 200 metros bajo el nivel del mar en un recorrido de casi un kilómetro. El pueblo se lo agradeció con una placa hoy perdida. Por eso, la Alcaldesa le lanzó el reto a don Felipe: «Está invitado a visitarla», le dijo. El Príncipe de Asturias no se comprometió pero sí se interesó por todos los detalles del proyecto.

Don Felipe y doña Letizia se asomaron al balcón para saludar y después mantuvieron un breve encuentro en una recepción privada en el salón de plenos con autoridades y empresarios de la comarca.

Cumplido el protocolo con el Ayuntamiento, los Príncipes iniciaron un largo y pausado recorrido por las calles de Piedras Blancas hasta el colegio Infanta Leonor, donde mantuvieron un encuentro con niños, padres y profesores. El paseo se trufó de anécdotas y muestras de cariño por parte de los centenares de vecinos que no quisieron perderse un momento histórico para la localidad.

A las puertas del colegio Infanta Leonor esperaban a la comitiva Sofía Miranda Fernández, de 5 años, y Abel Pascual, de 4. La primera entregó un ramo de flores a los Príncipes; el pequeño se fundió en un abrazo con doña Letizia. Ya en el interior del centro, y guiados por la directora, Martina Sampedro, los Príncipes recorrieron tres aulas y compartieron risas y anécdotas con los más pequeños. Don Felipe y doña Letizia se interesaron por sus avances académicos.

En la biblioteca del colegio, los Príncipes recibieron como regalo un álbum titulado «Retratos para una infanta»: 120 dibujos que los alumnos del centro realizaron para la pequeña que da nombre a su escuela.

El final de la visita concluyó en el patio del centro. Cada pequeño acudió con un globo en la mano. Martina Sampedro realizó un breve discurso de agradecimiento por haber acudido a la invitación del centro, abierto desde hacía más de un siglo pero que carecía de nombre oficial. Una placa dejó testimonio de la jornada.

El momento más emotivo se produjo cuando los niños soltaron sus 120 globos de colores que se elevaron en el aire simbolizando besos lanzados a las hijas de los Príncipes. Mientras, se escuchaba una nana de la poetisa local Acacio Colero, que compuso cuando nació la Infanta. Los Príncipes posaron con los pequeños y charlaron con los padres y profesores. Don Felipe y doña Letizia compartieron un aperitivo con la comunidad escolar, que vivió una jornada festiva. Al amparo de las notas de la Banda de Gaitas de Castrillón, los Principes abandonaron la localidad y pusieron fin a una visita histórica. «Esperamos que la próxima vez vuelvan con las dos infantas, sobretodo Leonor», remataron Luisa González y Silvia Villamor, vecinas de Piedras Blancas. Ese era el deseo de todos los asistentes.