Apunten la cita: próximo sábado a las ocho y cuarto de la tarde en la Casa de Cultura de Avilés. Sobre el escenario estarán seis músicos y un tenor, el asturiano Joaquín Pixán, que aprovechará la ocasión para presentar canciones de su último trabajo discográfico, una «delicatessen» de pasosobles evocadora de aires sureños. Pixán es la excusa altruista de una velada musical cuyo principal propósito es recaudar fondos para ayudar a Cáritas, una organización benéfica que se ve desbordada por los zarpazos que pega la crisis a los más débiles. Si la Casa de Cultura se llena -y yo apuesto por ello- la caja de la función rondará los 9.000 euros (fila cero aparte). Parece una nimiedad, 9.000 euros es la tercera parte de lo que va a ganar al día Mouriño como entrenador del Real Madrid, pero ese dinero servirá a Cáritas de valiosa ayuda para auxiliar a decenas de familias en apuros (fueron 723 el año pasado), seguir con sus programas de formación ocupacional o mantener abiertos los centros de acogida de indigentes que gestiona en Avilés. Es cuestión de solidaridad.