Félix VALLINA

Laura Escalada, Irene Menéndez, Inés Bugallo y Elisa Cueto se convirtieron ayer en las principales protagonistas del acto académico anual del Colegio San Fernando, una ceremonia que se repite desde hace 69 años con el objetivo principal de reconocer a aquellos alumnos que destacan por sus méritos académicos en las distintas etapas educativas que conviven en el colegio. Las cuatro alumnas de Segundo de Bachillerato, que este año abandonan el centro para incorporarse a la vida universitaria, han logrado cerrar su etapa en el centro con un expediente más que brillante, las dos primeras con un 10 de media y las otras dos con un 9,7. «Son mentes brillantes y con gran talento. Estoy seguro de que van a repetir el éxito en las pruebas de acceso a la Universidad porque siempre han sido grandes estudiantes», señaló el director del centro, Javier Martínez Gutiérrez.

Laura Escalada tiene claro que va a estudiar Medicina. «Muy mal se me tendría que dar la PAU para que no pueda entrar en la Facultad por la nota», señaló prudente. Escalada, con dieces en las ocho asignaturas que cursó este año, se debatía en un mar de sensaciones. «Estoy muy contenta por haber conseguido este expediente, pero también tengo mucha pena por dejar el colegio en el que he estado desde los 2 años», explicó. Aunque no tiene ningún miedo, reconoce que «la Universidad va a ser, sin duda, un mundo muy diferente, un cambio muy grande». La alumna del San Fernando asegura que es posible combinar los estudios con el ocio y sostiene que la clave del éxito es la constancia. «Salgo todos los viernes y los sábados, menos en exámenes, que hay que estudiar más. Yo creo que siempre hay que salir, al menos para despejar», afirmó.

Irene Menéndez también tiene un diez de nota media. Está dudando entre estudiar Biotecnología o Ingeniería Mecánica, pero también tiene claro que siempre llevará el San Fernando en su corazón. «Vine a los 3 años y durante algún tiempo entraba en el colegio a las siete de la mañana y salía a las siete de la tarde. Esto es como una gran familia, nos conocemos todos, desde los profesores hasta los encargados del mantenimiento», explicó.

Inés Bugallo, que puede presumir de su 9,7 en el expediente, también quiere ser médica, como Laura Escalada, aunque no tiene decidido si optar por la dermatología o decantarse por la oftalmología. «Las asignaturas que más me han gustado en este último curso han sido Biología e Historia y la que menos la Filosofía, que fue la más pesada a la hora de estudiar». Como sus compañeras, asegura que va a echar mucho de menos el colegio «y, sobre todo, a mis compañeros, porque aunque queramos la relación nunca va a ser tan intensa como la que vivíamos a diario en las clases». Está claro que las buenas notas no las regalan e Inés confirma que para conseguir un buen expediente es necesario «estudiar mucho».

Elisa Cuesta es de Soto del Barco y entró en el Colegio San Fernando en cuarto de la ESO. Su esfuerzo durante el año le ha servido para terminar con un expediente de 9,7, y sus pretensiones pasan por estudiar «Ingeniería de Diseño Industrial más Desarrollo de Productos junto con Bellas Artes». Sabe que tiene que irse a Madrid, pero está convencida de que las cosas le van a salir bien. «Ahora lo que más me preocupa es abandonar el colegio, porque existe un gran ambiente y a lo largo de todos estos años he hecho muchos amigos».

Otra de las protagonistas del acto de ayer fue Olaya Álvarez Suárez, una niña de 12 años de primero de la ESO que acaba de ser nombrada ganadora del premio nacional de eslóganes del concurso de la campaña escolar de educación ambiental para la prevención de incendios, un certamen convocado por el Ministerio de Medio Ambiente. Su eslogan es el siguiente: «Por ti, una vida. Por el bosque, millones de vidas». «Se me ocurrieron unos cuantos, pero al final me quedé con ése, la verdad es que estoy muy contenta», señaló la pequeña, cuyo trabajo podría servir de motivación el año que viene para escolares de toda España.