Félix VALLINA

Cuando se ronda la treintena, se adquiere la capacidad de apreciar la amistad con la madurez que a veces escasea en la adolescencia, pero también llegan los hijos, los trabajos y otras circunstancias que acaban por separar pandillas con muchos años de convivencia. Los miembros de la Cofradía del Cachopo, que puede presumir de ser una de las más jóvenes de España por media de edad, no están dispuestos a permitirlo y por eso se reúnen al menos una vez al mes desde hace más de cinco años. «La idea surgió mientras cenábamos ocho o diez amigos, pensamos que sería bonito comprometerse a quedar para reunirnos. Después se nos fue de las manos y creamos los estatutos para hacerlo oficial; surgió como una excusa y ya tiene cinco años», explica entre risas el secretario de la cofradía, Manuel Campa. Eligieron el cachopo «porque a todos nos gustaba y es fácil de encontrar, además es un producto típico asturiano y bastante económico».

Actualmente el grupo está formado por más de cuarenta persona y creciendo. «Lo único que pedimos para admitir a alguien es que venga apadrinado por un miembro de pleno derecho, no somos nada rígidos», explica Campa. Habitualmente se reúnen el último sábado de cada mes para cenar en once restaurantes distintos a lo largo del año, y en diciembre, coincidiendo con el aniversario de la creación de la cofradía, repiten en el local que más votos haya recibido por parte de los miembros. «Tenemos un sistema de votaciones en las que valoramos tanto la calidad del producto como el servicio». Sólo votan los que comen cachopo, porque no todos los miembros de la cofradía siguen esa dieta. «En las cenas no todos comen cachopo, aunque siempre hay alguien que lo hace. Además, también participamos en actividades relacionadas con la gastronomía asturiana y recibimos invitaciones para asistir a capítulos de otras cofradías por toda España», señaló Manuel Campa.

La intención de la cofradía es continuar creciendo y sus miembros tienen en mente varias iniciativas de calado, como crear un galardón que bajo el nombre «Cachopín del año» sirva para premiar a una figura destacada del mundo de la gastronomía. «También nos gustaría impulsar un encuentro en Avilés con cofradías de fuera», adelanta Campa. La cofradía cuenta con una página web (www.cofradiadelcachopo.com) en la que, entre otras muchas cosas, publican una lista con los mejores restaurantes para comer cachopo. Además, están presentes en redes sociales como Twitter, Facebook o Youtube y cuentan con diversos artículos distintivos. «Nosotros hemos querido huir de las tradiciones, de las capas y los medallones que utilizan otras cofradías, a las que por supuesto respetamos. Tenemos pañuelos, camisetas, pins...», explicó Campa, que lanza al aire otra propuesta: «En Avilés hay muchas cofradías, no estaría mal que nos uniésemos para organizar cosas de forma conjunta».

Para los miembros de la cofradía, el cachopo es el rey de la mesa y la calidad del producto, fundamental. «Para que un cachopo sea bueno no hace falta que sea excesivamente grande. Tiene que estar jugoso, empanado, sin mucho aceite y con los ingredientes de muy buena calidad», subraya Campa.