-¿Qué novedades ofrece la nueva lonja?

-Se han establecido instrumentos como el catálogo de ventas, la clasificación de productos y, sobre todo, el nuevo sistema de subasta. Pero no nos podemos quedar quietos. Respecto a la subasta, con el nuevo operativo hemos llegado a alcanzar ritmos de venta de 1.100 y 1.200 cajas a la hora, aunque la media normal es de 800 cajas. Antes, en la cancha se vendían unas 300 cajas a la hora. Todavía se puede afinar mucho más, ya no tanto en rapidez, sino en calidad.

-¿Trabajan en más?

-Sí, vamos a tratar de implantar un sistema de índice de calidad, que se basa en uno que ya existe en Europa. Se trata de evaluar los parámetros de frescura y plasmarlos en un índice. Eso nos obligará a hacer un proceso de selección mucho más minucioso. Ahora se hace, pero con cierto desorden. También estamos adecuándonos a la ISO 9002 y a la 22000. La primera, que garantiza la calidad en el servicio, será fácil que la obtengamos en breve. La segunda, que garantiza la calidad del producto, tardaremos un poco más. Otra de las medidas que tenemos en marcha es un plan de I+D+i con el objetivo de conseguir una mayor eficiencia energética. Ya empezamos a ahorrar electricidad y ahora lo haremos con el agua. También es positivo que estemos negociando el convenio colectivo con los trabajadores.

-¿Para cuándo la venta «on line»?

-Ya lo estamos probando a nivel interno. Ponerlo en marcha nos llevará en torno a un año, pero antes queremos probarlo con las personas que ya están actuando dentro de la propia lonja. Para que funcione es imprescindible que el catálogo de ventas sea efectivo y, por el momento, los pescadores están respondiendo. Ya nos llaman desde el mar para adelantarnos la mercancía que traen.

-¿Cómo está la negociación para la venta de excedentes de las rulas pequeñas en Avilés?

-Si no hay el convencimiento por parte de las cofradías y los armadores de que interesa hacer eso, no hay nada que hacer. Lo que tienen que tener en cuenta es que no queremos acabar con el resto de puertos, todo lo contrario. Hay que luchar para favorecer las ventas de esos pescadores y eso implica que se venda el pescado de la mejor manera posible.

-Cañón de Avilés: cierre, restricciones o seguir como hasta ahora.

-Los pescadores son los primeros que defienden la preservación de los caladeros. En el cañón de Avilés, sencillamente, no se puede prohibir la pesca, a lo sumo puedo entender que haya vedas sobre la base de argumentos científicos. Hay que buscar la sostenibilidad de los recursos, pero también la rentabilidad de las empresas. Ya se redujo de manera importante la flota porque había exceso de pesca; ahora los caladeros están llenos de pescado porque se han recuperado.