Myriam MANCISIDOR

Al queso, vino. Y al vino, queso. El maridaje de ambos productos viene de lejos y, en Avilés, ya es una tradición degustarlos juntos al menos una vez al año coincidiendo con la celebración de la Feria del queso y el vino. La muestra abrió sus puertas el pasado viernes y desde entonces cientos de personas han pasado por el pabellón de exposiciones de La Magdalena atraídas por la combinación de alimentos fermentados que casan viñas y pastos. En la muestra participan, en total, 43 expositores de queso, 18 de vino y tres panaderías. La mayoría de los vendedores se mostraron satisfechos con la respuesta del público, que pese a la crisis no perdió oportunidad de probar caldos casi siempre acompañados de pinchos de queso.

«La ilusión por vender nunca se pierde», manifestó ayer Valle Falla, de quesos Doña Manuela, de la Sierra de Aracena (Huelva). De más cerca, del Berrón y Pola de Siero, llegaron a Avilés Joseline Jiménez y Adrián González, respectivamente, con quesos también elaborados artesanalmente. «Este marco es un buen lugar para vender», sentenciaron. Ambos coincidieron, no obstante, en que la plaza de abastos Hermanos Orbón -actualmente en obras y donde se celebró la feria en 2009- es «el lugar idóneo» para la muestra. Con ellos coincidió la quesera Hortensia Balmori, de Puertas de Vidiago. «En la plaza había más ambiente porque es un lugar céntrico por el que pasan tanto los chavales como las mujeres con la cesta de la compra», dijo. Esther Álvarez, representante de quesos La Peral (la única marca junto con quesos Gorfolí de la comarca avilesina), también se mostró satisfecha con la afluencia de público al igual que María Elsa Paz, que ofrece en La Magdalena quesos del valle de Narcea.

El recinto ferial -que acoge también la trigésima muestra de artesanía- se llenó ayer de público a la hora del vermú. Entonces, la asociación de cata de quesos «Pláganu» que dirige José Jiménez le hizo entrega a Marigel Álvarez del trofeo que acredita al queso casín que elabora como el mejor del año. El queso casín está considerado como uno de los más antiguos de Europa y aparece citado en los documentos medievales como un elemento de pago a los señoríos monásticos. Se elabora con leche entera de vaca casina originaria del concejo de Caso y cuenta con «Denominación de origen protegida».

Los responsables de enotecas y distribuidoras también valoraron la respuesta del público. Y sentenciaron: «A la gente le gusta venir hasta aquí, comer un pinchín y probar vinos raros. Los chavales prefieren vinos dulces y los paisanos, el tinto», explicaron los camareros mientras los avilesinos hacían del queso y el vino un populoso maridaje.