Piedras Blancas,

Inés MONTES

El club de fútbol Hispano de Castrillón fue durante años un equipo clásico en Tercera, una categoría en la que se mantuvo durante 20 años. Pero los tiempos cambian y la temporada que terminó recientemente ha dejado al equipo castrillonense en segunda regional, más abajo no puede llegar. Los del Ferrota, que hace relativamente pocos años llegaron a promocionar para jugar en la Segunda División B del fútbol español, están ahora inmersos en una de las mayores crisis de su historia.

El descenso de categoría no fue el último problema del club, pues al día siguiente el presidente Elpidio Otero presentó la dimisión lo que ha obligado a la entidad deportiva a abrir un proceso electoral para elegir una nueva directiva. El verde es el color de la camiseta y del escudo del Hispano y también el que representa la esperanza, algo que los seguidores del club castrillonense parece que han perdido.

«Estamos en un momento muy bajo, la afición no está motivada y el club tiene problemas de toda índole. El campo del Ferrota tiene capacidad para unos 2.500 espectadores y en el Hispano ahora debemos de ser unos cien socios, eso siendo muy optimista», manifestó un socio del club que, como la mayoría de los consultados por este periódico han pedido permanecer en el anonimato.

El Club Hispano de Castrillón se fundó en el año 1925. Desde hace años juega en el campo municipal del Ferrota, en Piedras Blancas. El terreno de juego es de césped natural y el Ayuntamiento de Castrillón, propietario de la instalación deportiva, instaló luz artificial hace unos años, cuando el Hispano aún estaba en Tercera División. «El Hispano se fundó en Piedras Blancas cuando en la capital del concejo apenas había dos centenares de habitantes. Querían hacer sombra al Recreativo Arnao, un club de fútbol con mucha más solera y más apoyo popular», manifestó un nativo del concejo.

El Recreativo Arnao fue fundado también a principios del siglo XX por la dirección de la Real Compañía Asturiana de Minas (RCAM) y jugaba en el campo de La Mina. «Francisco Javier Sitges, director de la RCAM, en los años sesenta del pasado siglo intentó fusionar al Arnao con el Hispano y se armó. Es llamativo porque, los trabajadores que nunca plantearon ningún problema a la empresa, plantaron cara a Sitges y se rebelaron contra la propuesta de fusión con el Hispano», explicó un vecino de la localidad. «Piedras Blancas, pese a ser la capital de Castrillón, en aquella época no tenía el empaque de Arnao, una localidad en la que estaba la fábrica de la RCAM, y también contaba con cine, economato y el campo de fútbol de La Mina, el equipo estaba arraigado entre los vecinos, lo que no sucedía en Piedras Blancas», afirmó el mismo vecino.

Cuando la dirección de la RCAM planteó la fusión, el Arnao tenía campo de fútbol propio, no así el Hispano. «La propuesta de fusión del Arnao y el Hispano ya estaba muy avanzada cuando se explicó a los socios, incluso había un proyecto para construir un campo de fútbol en La Castañalona», recuerda un vecino de Arnao y seguidor del equipo de la localidad.

Con el paso del tiempo el Recreativo desapareció aunque volvió a resurgir durante unos años hace una década. El Hispano se erigió como el primer equipo castrillonense. Para entonces, la población de Arnao había menguado y Piedras Blancas crecía inexorablemente. Además, los éxitos deportivos del club de la capital del concejo ayudaron a incrementar un apoyo popular que ahora ha perdido.