Discapacitado, participó en el Servicio Voluntariado Europeo en Italia y Alemania

Rubén SAMANIEGO

Jairo Moreno Sierra (Avilés, 1979) ha participado en dos ocasiones en el Servicio Voluntariado Europeo que en Avilés se gestiona a través de la Oficina de Juventud del Ayuntamiento. Jairo, que padece una discapacidad, trabaja en la Asociación de ayuda a personas afectadas de parálisis cerebral (ASPACE). Sentado en una terraza de El Parche, Jairo Moreno se muestra atento y tranquilo durante el coloquio. Los dos voluntariados le han llevado a dos asociaciones en Europa. En la primera ocasión a Pordenone (Italia), donde permaneció dos semanas. Y recientemente ha llegado de la ciudad alemana de Hamburgo, donde permaneció un mes. Es un ejemplo de lucha, ya que pese a su discapacidad no para de trabajar. En su último voluntariado fue la cabeza de la que surgió la idea de realizar un documental.

-¿Cómo se enteró del servicio de voluntariado?

-Porque mi hermana trabaja en la oficina de Juventud del ayuntamiento de Avilés. Me explicó en qué consistía este voluntario y me lo propuso. Al principio me costó decidirme, pero me lanzé a la aventura de salir fuera. Asusta un poco.

-¿Cuántos países ha visitado hasta ahora?

-He estado ya en tres países. El primer voluntariado lo hice en Pordenone en Italia, y el segundo en Hamburgo en Alemania. Y en otra ocasión fui a Portugal con la familia.

-¿Qué tal se maneja con los idiomas?

-Cuando estuve en Italia aprendí algo de italiano. El alemán es muy complicado, pero alguna palabra sí que aprendí.

-En su experiencia como voluntario, ¿en qué consistía su trabajo?

-En Alemania lo basé en realizar un documental. Mi labor era grabar a los pacientes, que me contaran dentro de la discapacidad las barreras que hay, los problemas con los que se podían encontrar... Ese era el proyecto que debía desarrollar en esa asociación.

-¿Y cuándo presentará este proyecto audiovisual?

-Está previsto que en septiembre esté ya listo el montaje del documental, y si todo va bien lo presentaré a través de la Oficina de Juventud, junto con el compañero cámara que me ayudó a realizarlo.

-¿En su voluntariado tuvo más tareas?

-Por supuesto. Además de grabar este documental también ayudaba a otros pacientes. Recuerdo que leía cuentos a un chica ciega, e incluso jugaba con ella al «tres en raya», le movía sus fichas, hablaba con ella, ya que hablaba español.

-¿Su discapacidad le limitó en su trabajo?

-Hago más despacio las cosas, o me llevan más tiempo que a los demás, pero también lo hago. No sé cómo explicarlo.

-¿Y cómo vivió la experiencia?

-Es un intercambio de culturas, conoces otros países, otras ciudades, otra gente... Compartes con ellos experiencias. Es muy recomendable.

-¿Avilés es una ciudad adaptada para gente con algún tipo de limitación?

-Es una ciudad bastante adaptada, pero siempre falta algo. Por ejemplo, hay algunos bares o edificios que no tienen rampas de acceso y se hace más difícil para alguien que acuda en silla de ruedas, pero en general está muy bien.

-¿Y si lo compara con otras ciudades europeas en las que ha estado?

-En Hamburgo había algún que otro problema en alguna de las líneas de metro, pero en general estaba bastante bien.

-¿Qué planes tiene para San Agustín?

-Hay mucha gente y me agobio un poco. Pero me gusta ir a las Jornadas de radioaficionados, los conciertos...

-¿Se echa de menos la tierrina cuando se está lejos?

-Al principio no, pero cuando estás fuera de casa tienes ganas de volver con la familia y regresar a tu tierra.

-¿Repetirá la experiencia europea?

-Todavía no me lo he planteado, este año estuve en Alemania. Habrá que esperar a tener otra oportunidad.

«El servicio de Voluntariado es un intercambio de culturas que te permite conocer otros países y a sus gentes»