Cierro las tapas de este instante. Últimos días de agosto. Vilanos sueltos. Suena la brisa sobre el silencio tras la siesta. Jamás volverá a ser esta hora tan hondamente hermosa. Sentado aquí, frente a la inmensidad del mundo, con la noche muy cerca y la benevolencia de mis perros. Jamás se cruzarán tan ajenas las nubes ni asomará la luna, la misma luna, por detrás de los árboles, ni alcanzaré con tanta paz el infinito cielo.

Siempre me ocurre que nunca me sucede aceptar que el ahora finaliza tan pronto como yo lo contemplo. Y siempre desperdicio parte del día, segundos únicos, haciendo lo que hago porque debo. Por eso hoy lo recojo de esta manera: mientras veo el rosal ya medio mustio, mientras los gatos jóvenes averiguan el mundo trepando por las ramas de los cerezos, mientras las pegas vuelan hasta los cables y las mariasgarcías anuncian el invierno, doy fe y memoria de este crepúsculo, lacro la duración que estoy viviendo.

Esto que fluye aquí delante, paisaje noble, luz muy sencilla, calma de pueblo, es sólo mío si yo lo miro, es sólo así porque lo observo: vago horizonte, viejas higueras, primeras luces tras las ventanas, coches que pasan allá a lo lejos, voces de niños que se recogen, olor muy triste de la tortilla, matas de hortensias, latas y tiestos son testimonio de que yo estoy, aquí y ahora, de que los siento. Pero jamás así de igual, jamás tampoco así de intensos, por mucho que se repitan tardes como ésta, ojos como los míos, verdades como son ellos.

Esto que acaba tan pronto surge, es todo: turistas que huyen a su destino con las bacas repletas; silencio nuevo, estrellas leves, bruma que viene como del norte, un campesino que llega a casa con los calderos de las patatas y ladra el perro. Es todo hoy, nada mañana, pero lo asumo y hasta lo entiendo. De ser dos veces la misma hora, de intuir dos días el mismo tiempo, no escribiría ni una palabra de las que escribo, no guardaría ninguna imagen de las que guardo y a las que vuelvo?

Encuaderno la textura de estos momentos. Aquí, donde nunca estaré, de esta forma tan sola, tan a gusto y repleto. Donde distingo que llevo muchos años sin sentarme a la puerta y agradecer altamente la brisa de esta noche de agosto y este silencio.