Cáritas prevé una «oleada» de solicitudes de ayuda ante el inicio del curso escolar

La organización asegura que el recorte en las becas para la compra de libros y la escasez de empleo durante el verano son las causas principales

Una familia comprando los libros de texto para el próximo curso en una librería avilesina.

Una familia comprando los libros de texto para el próximo curso en una librería avilesina. / ricardo solís

Félix VALLINA

Con la crisis golpeando como un martillo pilón por todos los costados, las familias con niños en edad escolar se enfrentan a un mes de septiembre que -según las previsiones de Cáritas de Avilés- acabará por derribar la endeble estructura económica que sostiene muchos hogares de la comarca. El presidente de la organización, Joaquín García, asegura que los gastos que conlleva el inicio del curso provocarán una «oleada» de solicitudes de ayuda de familias que tienen que hacer frente a la compra de los libros de texto y del material necesario para la vuelta al cole, un gasto medio de 770 euros si se tienen en cuenta los últimos datos ofrecidos por la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI).

El repunte de solicitudes de ayuda a Cáritas es algo habitual por estas fechas, aunque este año ya se ha registrado un notable incremento con respecto a cursos anteriores. Para Joaquín García existen dos causas principales: el recorte de las ayudas para la compra de libros y material escolar y la escasez de empleo en la comarca durante el verano. «Han cambiado los baremos de las becas, han bajado el límite de la renta máxima que deben percibir las familias para optar a las ayudas y eso se está notando porque hay más personas afectadas. Además, otros años había gente que salía del paso tras haber trabajado durante el verano, pero en esta ocasión son muy pocos los que han logrado conseguir un empleo en la comarca», explicó el presidente de Cáritas en Avilés.

Los responsables de la organización también critican la tardanza de las ayudas que se conceden. «Las becas nunca llegan cuando de verdad se necesitan, que es a principio del curso. A veces hay familias a las que tenemos que adelantarles el dinero para que puedan arreglarse y luego nos lo devuelven, pero hay otras que tienen que dejar los textos a deber en la librería del barrio o llevar a sus hijos a clase con fotocopias de los libros», aseguró García, que lo tiene muy claro: «cuando vivimos en una sociedad en la que aumentan los precios y disminuyen los ingresos de las familias es normal que ocurran estas cosas, pero nosotros seguiremos estando aquí para ayudar en todo lo que sea posible».

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