Myriam MANCISIDOR

La obra de ampliación del puerto de Avilés concentra la principal partida inversora de todas las que el Estado destina a la comarca. La asignación de 14,97 millones de euros para el proyecto garantiza, además, el inicio de la segunda fase. Pero el grupo ornitológico Mavea que coordina César Álvarez Laó espera que antes de que sigan adelante las obras -la primera fase está en su recta final- se resuelva el contencioso administrativo que el colectivo presentó en 2008. «Si se cumplen las fechas, esperamos que en unos tres meses esté resuelto; pero aún así tal vez llegue demasiado tarde para salvar las marismas», explicó. Los miembros de Mavea consideran que las obras pueden ser gravemente lesivas para el medio natural. «En la zona donde se está ampliando el puerto están las marismas de Recastrón y los travertinos, unas formaciones que Medio Ambiente quiso catalogar como Monumento Natural pero que no pudo ser por la oposición del Puerto», sentenció Laó. Las obras de ampliación del puerto de Avilés cuentan, pese a todo, con informes favorables del Ministerio de Medio Ambiente y pasaron un período de alegaciones públicas.

Pero ahora la crítica va más allá. Los nuevos dragados en la ría que serán necesarios para ejecutar la segunda fase de las obras carecen, según distintas voces, del pertinente estudio de impacto ambiental. Así lo denuncia, entre otros, Alfredo Muñiz, portavoz de la plataforma «Salvemos la playa de Salinas». Muñiz asegura que el Puerto desoye las recomendaciones del Ministerio de Fomento: «En el último informe técnico del Cedex se establece que la principal causa que provoca la pérdida de arena de Salinas (Castrillón) son los dragados de la ría. Así las cosas, los ingenieros recomiendan no realizar más obras para aumentar los calados».