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El maltratador, fuera de la carta

Los expertos aplauden que la Cofradía de la Buena Mesa retirara su galardón al cocinero que fue condenado por golpear a su ex mujer

Asistentes a la cena en honor de los premiados con los «Cucharones», anoche.

Asistentes a la cena en honor de los premiados con los «Cucharones», anoche. / ricardo solís

La frutera, la portera del edificio, la profesora, la peluquera, la ama de casa, la ingeniera... El número de víctimas por violencia machista aumenta y afecta a mujeres de toda condición. En lo que va de año, en Asturias murieron cinco a manos de sus agresores, según datos facilitados recientemente por el delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín. Consideró que el dato «debe llevarnos a la alarma». Pero, ¿funciona la política de igualdad?, ¿existen suficientes recursos a disposición de las mujeres?, ¿cómo se detecta una agresión psicológica?, ¿existe rechazo moral?, ¿el agresor nace o se hace?. LA NUEVA ESPAÑA consultó ayer a distintos profesionales para conocer su parecer sobre la violencia de género después de que la cofradía de la Buena Mesa de la Mar decidiese retirar el premio que había concedido al cocinero M. T. tras conocer que en 2009 fue condenado por maltrato a su ex mujer. ¿Quien tiene un pasado como agresor no merece ningún reconocimiento profesional?

El sociólogo Arsenio Valbuena cree que el maltratador «se construye socialmente sobre una base psicológica variada». «No existe perfil de maltratador salvo los datos estadísticos, hay de todas las clases sociales, de todas las edades, urbanos y rurales. Ahora hay diferencias por cultura o nacionalidad puesto que el elemento social está presente de forma determinante». Y añadió: «En el maltrato de género hacia las mujeres, la escasez de recursos para resolver los conflictos interpersonales, la baja tolerancia a la frustración y la agresividad vivida como autoafirmación confluyen con una subcultura de la rebeldía masculina y una ausencia total de normas objetivas a las que adherirse, es el todo vale porque nada importa».

Para Valbuena, el maltrato machista «se debe prevenir, perseguir, reprochar o penar y reinsertar». «Se debe fomentar la concienciación social sin caer en el victimismo. ¿Qué programas hay de prevención del maltrato de género? ¿En qué grado nos sentimos corresponsables de esa villanía?», argumentó el sociólogo avilesino. Y analizó la retira del «Cucharón del buen guiso marinero» al cocinero M. T.. «Es lo que pasa con los honores, que si los aceptas has de admitir también que te los retiren: si aceptas el halago acepta el reproche. Me da la impresión de que todo ha sido muy rápido y los otorgantes del premio han debido hacer frente a una situación sobrevenida y embarazosa», dijo el sociólogo, que consideró que ahora vivimos en plena onda expansiva de los políticamente correcto.

En esto insistió también la abogada Victoria Carbajal, de la asociación «Simone de Beavuoir» que trabaja en la defensa por la igualdad de sexos. «La opinión políticamente correcta es que el maltrato, como cualquier otro delito, se acaba una vez que se cumple condena. Desde mi punto de vista y por mi experiencia, sin embargo, el maltratador es un maltratador siempre». «Son hombres que responden a una ideología machista y el noventa por ciento de los casos no concluyen con pena de prisión por lo que es muy aventurado que con unos días de trabajo en beneficio de la comunidad se rehabiliten. Debe existir rechazo moral: que entiendan que agredir está mal visto, que la sociedad da de lado», manifestó Carbajal. El fiscal delegado de Violencia Doméstica en Asturias, Gabriel Bernal, aseguró días atrás que el 54,3 por ciento de las denuncias que se formulan en la región no llega a juicio. El dato es desalentador.

«Hay que destacar también que hay más maltrato psicológico que físico y que éste es difícil de denunciar. En general vivimos en una sociedad machista en la que los hombres aún sonríen cuando escuchan palabras como las del alcalde de Valladolid», manifestó en alusión a Javier León de la Riva (PP). El regidor popular dijo que la nueva ministra de Sanidad, Leire Pajín, iba a ser «la alegría de la huerta, repartiendo preservativos a diestro y siniestro» y que cuando veía sus «morritos» siempre prensaba «lo mismo».

La psicóloga avilesina Emilia Rubio recalcó que el gesto de la cofradía Buena Mesa de la Mar de retirar el «Cucharón» a M. T. «es cosa de los socios». Pero destacó del maltrato machista, al igual que Victoria Carbajal, que éste puede ser psicológico o físico. «El primero es más difícil de demostrar. Es sutil, no se evidencia. Se demuestra cuando escuchamos después de una muerte eso de "siempre veíamos a la pareja unida"», sentenció la profesional de Alter, que consideró que ser maltratador no es una enfermedad. De ahí que no exista cura. «Es un complejo y por lo tanto se debe reeducar al maltratador. Aún no existe, sin embargo, rechazo social. Estamos empezando a abrir los ojos con las muertes, pero ese es el último paso de una agresión», aclaró. Abogó en este sentido por políticas encaminadas hacia la prevención.

La alcaldesa de Castrillón fue quien dio la voz de alarma en el caso del cocinero M. T.. Ángela Vallina, de IU, llamó al presidente de la Buena Mesa, Vicente Quintanilla, para advertirle de los antecedentes del premiado y así éste tomó la decisión de retirarle el premio y de otorgárselo, «de forma testimonial», a los empleados del restaurante. «A pesar de que se le ha quitado el premio al responsable, nosotros hemos decidido no asistir al acto porque consideramos que otorgárselo a su equipo también es una forma de premiarle a él. Lo lógico es que el galardón hubiese quedado desierto», aseguró la regidora. Vallina lo tiene muy claro: «Nosotros, como responsables políticos, no podemos apoyar actos de este tipo, luego pasan cosas como las declaraciones del alcalde de Valladolid». La edil de Mujer de Castrillón, Yasmina Triguero, añadió: «Tenemos que ser tajantes y mantener posturas intransigentes con los maltratadores, la indiferencia les hace más fuertes».

Paradojas del destino. Es la primera vez que la Buena Mesa de la Mar invita a este acto a una cofradía de mujeres, la Doña Gontrodo de Oviedo. «La Buena Mesa siempre fue una cofradía muy cerrada a las mujeres y la alcaldesa ya les había pedido en varias ocasiones que se abrieran un poco más. Lo cierto es que retirarle el premio a este hombre e invitar a las mujeres han sido dos grandes pasos», dijo Triguero.

María Luisa Llavona, presidenta de la cofradía Doña Gontrodo, aseguró que no iba a asistir al acto y desconocía a última hora de la tarde de ayer si lo harían sus compañeras, con las que no había podido contactar. Y dijo: «Si acuden me imagino que no van a aplaudir cuando se entregue el premio. Lo que está claro es que no se van a quedar calladas». Vicente Quintanilla, eso sí, manifestó que la Cofradía Buena Mesa de la Mar se fijó a la hora de premiar a M. T. en su currículum gastronómico, no en su historial delictivo.

Por su parte, la presidenta de la asociación de mujeres Dulce Chacón de Castrillón, Begoña Jiménez, manifestó: « No conozco a fondo el caso y creo que no es prudente opinar; no obstante, como ya lo ha dicho un juez, creo que no se puede premiar a una persona con esos antecedentes». Dijo además: «Lo de darle el premio a los empleados me parece un apaño, al final va a acabar en el restaurante».

Las voces críticas contra la violencia machista se unieron ayer. Nadie quiere ver más sangre de mujer. El maltratador no puede sentarse a la mesa.

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