Soto del Barco,

Ignacio PULIDO

Soto del Barco mima con especial celo su nueva atracción cultural. En el coro del templo parroquial de San Pedro, el maestro organero Federico Acitores y su compañero, el contramaestre Alfonso de la Cruz, ensamblan pieza a pieza el viejo órgano de la iglesia avilesina de Santo Tomás de Cantorbery. Durante los últimos doce meses el instrumento fue objeto de un profundo proceso de restauración y el día 20 del presente mes iniciará una nueva vida con un concierto de la mano del organista Juan de la Rubia, uno de los más afamados de España.

El órgano es un instrumento monumental, tanto en lo referente al continente como en lo que concierne al contenido. El instrumento procedente de la iglesia avilesina luce estos días mostrando sus intimidades: toda una suerte de conductos, válvulas, mecanismos y fuelles. De la Cruz y Acitores trabajan meticulosamente dando forma a este «puzzle» que abruma por su complejidad y que fue rescatado de una desaparición segura gracias a la colaboración entre el Ayuntamiento de Soto del Barco y la parroquia de Santo Tomas de Cantorbery. «Si no se hubiese restaurado habría acabado en un vertedero», subraya Jaime Menéndez Corrales, alcalde de Soto.

El proyecto de restauración fue dirigido por José María Martínez, director del conservatorio «Julián Orbón» de Avilés, y contó con la colaboración del organista Raúl Prieto Ramírez. «El importe de la recuperación se eleva a 113.900 euros. El proyecto fue financiado por el programa LEADER, la Consejería de Cultura del Principado y la obra social de Cajastur. El Ayuntamiento tan sólo tuvo que pagar 1.500 euros como consecuencia del incremento del IVA experimentado en julio», precisa Corrales.

Federico Acitores, autor del nuevo órgano de Sabugo, que se financió por cuestación popular y el apoyo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, se encargó de hacer realidad el sueño de recuperar el instrumento. «Estaba bastante deteriorado», enfatiza el maestro organero y prosigue añadiendo que fue necesario realizar un tratamiento curativo para acabar con la carcoma que devoraba su madera. «El hecho de desmontarlo nos permitió realizar una revisión a fondo. Como resultado, no sólo se recuperó todo el material, sino que también efectuamos varias mejoras», comenta Acitores, el cual advierte de que el proceso restaurador se dilató debido al deterioro que presentaba el sistema de transmisión electro neumático. «Solemos trabajar con órganos mecánicos y nos vimos obligados a fabricar todos los recambios», enfatiza.

Sin ir más lejos, el órgano ha sido dotado con una nueva consola, provista de tiradores de registro automáticos y dos teclados de 61 notas cada uno, una transmisión computerizada, turbina silenciosa para suministrar el viento, un sistema de fuelles restaurado y dos nuevas filas de tubos así como registros redistribuidos. El objetivo: mejorar los aspectos funcional y musical del instrumento. «Este órgano fue construido en 1954 por la Organería Española S. A y por aquella época escaseaban los buenos materiales», explica el restaurador.

No obstante, si la factura del instrumento es la adecuada la calidad del sonido no se ve alterada. Y precisamente eso es lo que esperan los sotobarquenses, escuchar por fin su sonido. A tales efectos, el Ayuntamiento prevé celebrar un concierto inaugural el próximo día 20. «Hemos firmado un convenio con la parroquia para utilizar el instrumento en las actividades culturales que organicemos», anuncia el Alcalde, quien aspira a incluir a Soto del Barco en el circuito asturiano de conciertos de órgano. «Nuestro objetivo es participar en el Festival Internacional de Órgano de Asturias o en los ciclos de conciertos de la consejería de cultura», afirma Corrales.

Gracias a esta actuación, el bajo Nalón suma este órgano al barroco de la colegiata de Pravia. «Ahora podremos organizar, conjuntamente, ciclos de conciertos. Del mismo modo, nos sumaremos a las propuestas musicales llegadas de Avilés», prevé el regidor.