Dramaturgo, ganador del premio «Oh» como mejor autor

Saúl FERNÁNDEZ

El dramaturgo, actor y director de escena Jorge Moreno (Gijón, 1973) recibió el viernes pasado el premio «Oh» que le certifica como mejor autor de Asturias de este año. Moreno estrenó el pasado 23-F en el teatro Palacio Valdés de Avilés la obra «F-23», un episodio paralelo al Tejerazo, una noche militar en un burdel. Esta producción de «Konjuro Teatro» desde entonces ha recorrido media Asturias, Cantabria, Cataluña, Andalucía y Madrid.

-¿Como sienta ser el mejor escritor del año?

-Si le digo la verdad, hubiera preferido ser el modelo del año, pero ya ve qué cuerpo tengo...

-Un golpe de Estado, muy a su modo.

-Cuando empecé a escribir quise hacerlo siempre sobre Hitler y Marilyn, que para mí son las dos imágenes contrapuestas del siglo XX. Ya lo he hecho. El deseo que me quedaba era, por así decirlo, más cañí: el golpe. Es uno de los primeros recuerdos que tengo. Me impactó mucho ver a mi padre decir: «¡Esto es la guerra, esto es la guerra!». Y salió «F-23», un pequeño proyecto sin un duro público, muy familiar, apenas dos actores, una barquita junto al «Titanic»... Y ganamos el favor del público.

-Usted es el director, escritor, autor de «F-23». ¿Egomanía o es que se quiere ahorrar los sueldos?

-Ni por los sueldos, ni porque uno sirva para todo. Se trata de un proyecto personal, tanto que me parecía poco honesto no arriesgar mi propios cuartos para levantar el montaje.

-En el discurso agradeció los recortes de dinero público, «porque agudizaba el ingenio». ¿Está seguro de verdad?

-Claro que lo agudiza. Puede haber teatro más allá de las subvenciones, estoy seguro. Estamos demasiado condicionados por el dinero público. Nadie se juega sus propios cuartos. Si no lo hacemos nosotros, ¿por qué tenemos que esperar que lo haga la administración? Si no hay dinero habrá que buscar un sustitutivo, si no podemos colocar un salón dieciochesco tendremos que colocar a un personaje sorprendido por el salón dieciochesco que tiene.

-Por cierto, las subvenciones al teatro en Asturias cada año son más minúsculas.

-No entendí antes la política de ayudas y no la entiendo ahora. Antes había poco dinero y ahora las cantidades son ridículas, tanto que hay quien las devuelve. La situación es crítica, qué duda cabe, pero nosotros no hacemos nada para reaccionar. Somos una veta de empleo, pequeña, pero veta. No podemos seguir callando, cuando nos escupen no podemos seguir diciendo que llueve. Y, sobre todo, nosotros, los del teatro, no podemos seguir siendo el ejército de Pancho Villa.

-Usted ni pertenece a la ACPTA y Foroescena. ¿Es usted un no alineado?

-(Se ríe) El Nasser del teatro asturiano. Mire, estoy alineado tanto con una asociación como con la otra. Causa lástima la falta de unidad, porque todos estamos de acuerdo en una serie de mínimos. Lo demás es ponerse a trabajar. Tenemos una buena marca -el teatro-, deberíamos seguir moviéndonos para que sólo fuera una.