En 1977 se tienen los primeros datos públicos del peligrosísimo nivel de contaminación que había en Avilés: la norma decía 300 microgramos por m2/día de materia sedimentable y aquí se llegaba a 20.000 microgramos. En la década de los años 80, Avilés presentaba una fuerte contaminación ambiental pese a la puesta en marcha de un plan de saneamiento atmosférico.

Avilés pasa a ser conocido como uno de los lugares mas contaminados de Europa. La zona más afectada con diferencia es la de Valliniello, donde muchos días la concentración de materia en suspensión llegaba a los niveles de emergencia de primer grado, sin olvidar las fugas de amoniaco de los depósitos que alarmaban a los vecinos.

El plan de saneamiento atmosférico de Avilés, que fue publicado en el BOE del 21-2-1980, intentaba atajar el grave problema en tres fases, pero a pesar del desarrollo del plan, la calidad del aire seguía siendo muy mala. Por ese motivo hubo constantes quejas del Colectivo Ecologista de Avilés y de los vecinos del Fondo de Valliniello (vivían junto a instalaciones muy contaminantes como Ensidesa, Productos Dolomíticos y Enfersa).

Con datos desde 1982, la residencia sanitaria de Avilés registró el año pasado el índice de ingresos más alto del país por enfermedades respiratorias infantiles. Por otra parte, los servicios de medicina interna de este mismo centro detectaron un progresivo incremento de los tumores. Los datos de salud eran alarmantes y todo ello nos daba argumentos a quienes pedimos medidas decisivas para frenar esta situación.

Los ecologistas y vecinos responsabilizamos de esta situación al industrialismo irracional y solicitamos la creación de un cinturón de protección ambiental, así como la reducción de la capacidad contaminante de las empresas mediante un proceso de modernización de sus instalaciones industriales.

Entonces el Ayuntamiento se sumó a la petición y propuso la creación de un cinturón de protección ambiental en Valliniello en 1984, que al final se ejecutó de manera menos ambiciosa que la propuesta. Consistió en la expropiación del terreno en forma de cinturón y el derribo de edificaciones en un tramo desde la carretera general de Luanco hasta llegar a Campo La Vega, en un ancho variable de entre 50 y 300 metros del límite industrial.

Así ocurrió que hubo vecinos del Llantao, Retumés y Campo La Vega que vieron como quedaban al límite del desalojo, a pesar de sufrir ellos también la contaminación, y tenían que seguir soportando los altos niveles de contaminación al vivir a 200 metros de las instalaciones industriales. Después, en los años 90, vino la reestructuración siderúrgica con el cierre de los hornos altos, la paralización de la térmica, y el cierre de Productos Dolomíticos.

Esta zona del cinturón antiguamente contaminada, pasó a ser una zona verde muchas veces abandonada, donde el aire es de los más limpios de un concejo que sigue muy contaminado.

En Avilés estamos desperdiciando esta gran zona verde que es el Cinturón Ambiental, pues sólo se conserva el área recreativa y la antigua Escuela Taller; el resto presenta un elevado nivel de precariedad, ni llega a ser un bosque ni es un parque, lo que impide el disfrute de este espacio singular nacido de la necesidad de mejorar la calidad de vida de las gentes del Fondo de Valliniello.