Comerciante e ingeniero avilesino para el que la compañía Nintendo pide 23 años de cárcel

Amaya P. GIÓN

El proyecto de fin de carrera constituyó el germen de la empresa del avilesino Alejandro Fernández, Alechip.com, y sin pretenderlo, una imputación penal por la que afronta ahora 23 años de cárcel y el pago de 840.000 euros de indemnización. Esta es la pena que solicita Nintendo para este avilesino, ingeniero técnico de telecomunicaciones e ingeniero en electrónica, al que la compañía japonesa acusa de vender en su establecimimiento cartuchos que permiten modificar la función originaria de la popular consola Nintendo DS. Alejandro Fernández, de 31 años, se sentará el martes en el banquillo de los acusados del juzgado de lo Penal número 1 de Marcos del Torniello. Su caso es excepcional en España, según el letrado que defiende sus intereses, ya que procesos similares se sobreseyeron o se cerraron con acuerdos entre las partes.

-Todo empezó como un proyecto de fin de carrera en la Universidad de Valladolid y con un plan de empresa. El mismo día que lo presenté decidí darme de alta en autónomos y comencé a trabajar en el garaje de mis padres haciendo reparaciones, principalmente de consolas. La cosa fue bien, continué en un local pequeño en El Carbayedo y fue creciendo hasta instalarme en Jiménez Díaz. La empresa llegó a tener 15 trabajadores y nos dedicamos a ventas a nivel local, provincial y nacional, usando la venta por internet.

-Y comenzó el calvario.

-Crecimos y empezaron las demandas. En la Navidad de 2008 llegaron las primeras. Los servicios jurídicos de la compañía comenzaron a llamarme y me advertían de que o pagaba cierta cantidad o me demandaban. Entonces tenía 25 años y para evitar problemas, pagaba. Pagué unos 2.500 euros hasta que empecé a asesorarme, me dijeron que mi situación tenía defensa y que la compañía no tenía razón. Y aquí estoy. Tengo otras demandas que se archivaron, una ganada en Madrid, y otro proceso abierto en Asturias por la venta de accesorios compatibles. Jamás he pirateado ni vendido un juego dentro de esos cartuchos, vendo un aparato cuyo fin Nintendo pone en duda, presupone el uso del dispositivo que comercializo.

-Ha seguido con el negocio.

-Sí claro, la tienda sigue abierta, aunque el negocio ha caído en picado. No puedo importar (hasta que se resuelva el procedimiento) por lo que estoy en desventaja frenter a mis competidores. Tengo la impresión de tener que estar justificándome todo el rato, mucha gente piensa que si me piden 23 años de cárcel es porque algo habré hecho. A nadie le gusta verse envuelto en algo así.

-¿Cuánto le está costando en euros el litigio con Nintendo?

-Ni lo he calculado pero sólo en material retenido y en tema de aduanas el valor es de unos 70.000 euros, un material que en caso de que me lo devuelvan estará descatalogado, más todo lo que he dejado de vender por no poder importar. La empresa cerró el año pasado, y por primera vez, con 80.000 euros de pérdidas; una empresa que ha pagado más de 200.000 en impuestos, que tenía quince empleados, ahora tres, y que daba beneficios.

-¿Qué espera de este juicio?

-Me gustaría que a partir de ese día todo se aclare y me dejen trabajar en paz, que la sentencia ponga a todo el mundo en su sitio. Nada más.

-Está convenido de su inocencia.

-Por supuesto, incluso antes de plantearse la demanda podría haberme echado atrás, pero es que no veo donde está el problema. Tengo un negocio que funciona y no puedo permitir que el primero que entra por la puerta amenazando me eche el cierre.

-El de los videojuegos es un mundo de gigantes...

-Está controlado por tres empresas muy potentes que intentan copar el mercado; a mi no me parece apropiado cómo lo están haciendo. Hay formas de solucionar esto. No hay más que ver cómo funciona Apple con las aplicaciones para iphone. Así es como se compite, con ingenio y trabajando, no a base de buscar ventajas en los tribunales, y ventajas económicas. ¿Cómo voy a competir en igualdad de gastos en pago de abogados con una multinacional? Es imposible. Lo que para mí es un 20 por ciento de mi cuenta de gastos, para ellos es un 0,01 por ciento. Para ellos es mucho más caro invertir en talento, que lo hay, que en esto.

-Pero sí que los dispositivos que vende permiten utilizar aplicaciones pirateadas, como juegos...

-Nosotros los vendemos porque entendemos que su finalidad es ejecutar aplicaciones que no podrías utilizar sin ese dispositivo. Lo que está haciendo la compañía en este caso es presuponer lo que van a hacer mis clientes con ese aparato que están comprando.

-¿Un ejemplo?

-Uno muy claro, ¿hay que cerrar todas las tiendas de informática de este país? No hay aparato en el mundo con mayor potencial para piratear o para hacer el mal que un ordenador. Con un ordenador puedes tirar el Banco de España abajo, puedes hacer lo que quieras. Doy por hecho que la gente es responsable, supongo que igual que aquellos que venden ordenadores. El aparato en sí no hace nada, es un hardware, lo vendo completamente vacío, es una especie de memoria en la que el usuario mete lo que quiere y el usuario tiene la elección de hacer lo que quiera. Hay un montón de aplicaciones libres. En la Universidad de Castilla La Mancha hay una asignatura en la que desarrollan programas para la Nintendo y utilizan esos mismos cartuchos. La gente tiene en la cabeza que todo lo que se baja de internet es pirata y no es así.