Saúl FERNÁNDEZ

Asturiana de Zinc (Azsa) sufrió una grave crisis en los años noventa achacada a una cuestionable gestión de la compañía. En 1997 la empresa dejó la órbita de la corporación industrial de Banesto y pasó a depender directamente de Glencore International, que controla algo más del 34 por ciento del grupo minero Xstrata y que a partir del próximo 24 de mayo cotizará en la Bolsa de Londres. Desde el año 2000 es Xstrata quien gestiona la refinería castrillonense, un tiempo en el que la empresa ha recibido más de 24 millones de euros del Principado.

Azsa reconoce en el informe de gestión de 2009 que disfrutó de 23,8 millones de euros en concepto de subvenciones, donaciones y legados recibidos. Esta cifra es la suma de los fondos mineros recibidos por la ampliación de la fábrica de San Juan de Nieva, de otras ayudas para las plantas de recuperación de plata y de reducción de emisiones contaminantes, así como la subvención para la construcción de la planta de ácido sulfúrico superconcentrado que se abrió en 2003. No figuran en esta contabilidad, sin embargo, los 300.000 euros provenientes de la Consejería de Educación y Ciencia destinados a desarrollar en los años 2009, 2010 y 2011 el proyecto Albion (tecnología adquirida por Xstrata para ahorrarse el proceso de tostación de blenda).

La fábrica de San Juan de Nieva (Castrillón) es la principal refinería de cinc del planeta. El pasado año produjo 501.119 toneladas. La compañía es la que mejor viene sorteando la crisis económica mundial de cuantas están establecidas en la comarca. La razón es la siguiente: Azsa, que manufactura cinc, es propiedad del principal gestor de minas de cinc del mundo, Xstrata. Se prevé que este mineral, a partir de 2012, se revalorice de modo espectacular. Según aseguró en febrero de 2010 Santiago Zaldumbide, presidente de Azsa y de la división de cinc de Xstrata, el consumo de cinc va a crecer de forma notable en la próxima década. Zaldumbide, a la vez que vaticinó el auge del negocio del cinc, aseguró que el mineral a partir del cual se extrae el cinc empieza a escasear. «El negocio es redondo: eres dueño de las minas y también de las refinerías», señalaron en medios sindicales para explicar los altos rendimientos que obtiene Xstrata.

La partida principal de ayudas públicas a Azsa (20,3 millones) provino de los fondos mineros y se destinaron a la ampliación en 140.000 toneladas de la capacidad de producción de cinc metal de San Juan de Nieva. Una de las condiciones principales para que el Principado concediera la subvención fue la creación de 87 puestos de trabajo fijo durante un tiempo determinado. Ese tiempo concluyó en 2006. Según apuntan en medios sindicales, a partir de entonces la empresa reorganizó su personal y comenzó a amortizar puestos mediante traslados o prejubilaciones.

La concesión de los fondos mineros coincide con la entrada en el consejo de administración de Daniel Maté Badenes -la cuarta fortuna estimada mayor de España: 2.514 millones de euros-. Maté representaba a Glencore, corporación que en 1997 se hizo con el 44 por ciento de Azsa. Maté figura como consejero en los informes de 1999 y 2000. Con la salida a Bolsa de la «trade» se ha descubierto la importante gestión de Maté Badenes en la división de cinc de la corporación suiza.

Otras ayudas oficiales recibidas por Azsa han sido: 1,2 millones de euros que se invirtieron en la construcción de la nave de óleum, los 529.000 euros que fueron para la recuperación de plata y para reducir las emisiones de anhídrico carbónico y los 300.000 euros que se destinaron al desarrollo en San Juan de Nieva del proceso Albion que, en principio, se iba a llevar a escala industrial a Nordenham, en el norte de Alemania. Este plan, sin embargo, ha sido suspendido por el momento a consecuencia de la incierta política energética germana.

Azsa compra mineral a Glencore, su propietario, y le vende después la mitad de los lingotes producidos. «El margen de movimientos que le queda a Azsa es mínimo y se limita a reducir todo lo que puede los costes de producción», comentó Cesáreo Jurado, accionista minoritario de Asturiana. Los trabajadores perdieron en 2010 un 1,5 por ciento del poder adquisitivo y en 2011 tienen el sueldo congelado.