E. CAMPO / V. MONTES

El Gobierno del Principado de Francisco Álvarez-Cascos sacó la artillería pesada para tomar control del Centro Niemeyer, con la gestión de la Fundación como objetivo de su ataque. La Consejería de Cultura reveló ayer por la tarde las «graves irregularidades económicas» detectadas tanto por una auditoría interna de la propia Fundación que dirige Natalio Grueso como por la Intervención General del Principado. Ascienden a más de un millón de euros y se refieren principalmente a falta de justificación de gastos en viajes. La denuncia del Principado se extendió como un reguero de pólvora y destapó la caja de los truenos tensando aún más la relación entre Ayuntamiento y Principado.

Además, fuentes del patronato aseguraron que se investigan otras posibles irregularidades como el alquiler de una suite privada en Cannes con fiesta incluida, la celebración de fiestas privadas de cumpleaños en el Niemeyer que obligaron a cambiar el sistema de aire acondicionado para permitir fumar y el alquiler de un barco en Sudamérica.

La maniobra se ve desde el gobierno socialista de Avilés como «el peor golpe que podía dar el Principado a la ciudad y al Niemeyer», y la alcaldesa, Pilar Varela, avala «absolutamente» la gestión. La Fundación expresó en un comunicado la «perplejidad e indignación» de los gestores ante las acusaciones de Cultura. Otras fuentes de la Fundación se refirieron a un «ataque brutal» de Cascos. Sin embargo, en medios foristas se destacó que el único objetivo era arreglar «una gestión nefasta» y subsanar los errores puestos de manifiesto en los informes para que el dinero se gestione de forma transparente y rigurosa.

La de ayer fue una jornada larga e intensa en torno al Niemeyer, un centro que empezó el mandato a pie cambiado. Con una gestión a punto de expirar -la Fundación tiene la cesión temporal de los edificios hasta diciembre- son muchos los interrogantes sobre el tejado del nuevo Gobierno regional. Y no comenzaron a despejarse hasta que el miércoles de esta semana el consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, convocó por sorpresa una junta del patronato de la Fundación del Niemeyer. Dicha convocatoria no tenía en cuenta los últimos cambios de estatutos y fue boicoteada por el gobierno avilesino y por la fundación, que decidieron -en un encuentro en el que participó Vicente Álvarez Areces, el jueves por la noche- plantarse por considerarla ilegal.

La sede de la Consejería de Cultura, en la ovetense plaza del Sol, fue el escenario ayer de un encuentro de miembros del patronato muy mermado que se quedó en reunión a secas. A las diez de la mañana llegaron los asistentes, entre ellos los representantes de la Autoridad Portuaria de Avilés, Raimundo Abando, y el concejal Pablo Sánchez Lorda, ambos de Foro. Durante la primera media hora se pudo ver en varias ocasiones al consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure, hablar por teléfono asomado a uno de los balcones. Poco después entró el secretario de la Fundación del Niemeyer, José Luis Rebollo, acompañado de un notario, para realizar el prometido requerimiento de que no se celebrara la reunión de la junta del patronato por ser ilegal su convocatoria.

Ninguno de los asistentes a la reunión quiso hacer declaraciones a la salida, y todos se remitieron a un comunicado que se habría de enviar por la tarde.

La primera en hablar de forma oficial fue la alcaldesa Pilar Varela, quien, tras mantener una conversación telefónica con el consejero de Cultura, aseguró que el «error» del Principado iba a ser subsanado y que se convocaría una junta del patronato de forma correcta. Su comparecencia se realizó a las cuatro de la tarde y, apenas una hora y media después, Cultura hacía pública la lista de supuestas irregularidades que pesan sobre la Fundación del Niemeyer. Así las cosas, Varela tuvo que dar marcha atrás para lamentar la «absoluta falta de lealtad institucional» del Principado, ya que en ninguna de las conversaciones que había mantenido con Vallaure la había hecho partícipe de las acusaciones sobre la gestión.

La última en reaccionar fue la dirección del Niemeyer, que se defendió afirmando que «todos los justificantes que la Consejería reclama están en las oficinas de la Fundación, lugar donde tienen que estar archivadas». Según esta misma fuente, «las cuentas de la Fundación, que alcanzan unas cifras muy modestas, están sometidas a continuas auditorías y han superado con plena satisfacción todas ellas». Los gestores acusan, además, a la Consejería, de querer «desprestigiar el trabajo y dañar el prestigio de una institución que ya es referente en todo el mundo».

Los gestores aseguraron además haber ofrecido en reiteradas ocasiones al Principado todas las informaciones necesarias sin obtener respuesta. De hecho, tienen la copia de una carta remitida por Natalio Grueso a Emilio Marcos Vallaure con fecha del 19 de julio en la que le solicitaba una entrevista para explicar de primera mano «la actual situación jurídica, económica y cultural» del Niemeyer. Según la dirección, sin embargo, nunca hubo respuesta.

Según fuentes del patronato de la fundación, Natalio Grueso prepara una carta para remitirla a los miembros del consejo asesor del Niemeyer -Woody Allen, Stephen Hawking, Kevin Spacey...- con el objeto de pedir su apoyo en caso de que se produzca una división y para plantear un posible goteo de espantadas de los grandes nombres que hasta ahora respaldaron el proyecto avilesino.

El próximo escenario para un posible acercamiento será la reunión que prevén mantener el próximo miércoles el Ayuntamiento, el Principado y el Puerto para tratar de alcanzar un acuerdo entre los patronos públicos de la entidad sobre el futuro de la gestión del Niemeyer.