Vicente MONTES

Mientras la tormenta política continúa flotando (aún más sombría y engordada con la comparecencia en la Junta del consejero de Cultura, Emilio Marcos Vallaure) sobre la gestión del centro cultural de la ría avilesina, su actividad futura está en entredicho. Al menos eso aseguran sus responsables que afirman que únicamente existe programación prevista hasta el 8 de octubre y que, pasada esa fecha (en la que María Pagés presentará una coreografía dedicada a Niemeyer), el complejo cultural avilesino quedará prácticamente con el candado puesto: en todo caso, permanecerá abierta al público la plaza que el arquitecto brasileño ideó «abierta al mundo».

Además, los gestores del complejo aseguran que existen problemas económicos en el centro causados, aseguran, por la cancelación de actividades programadas y que han implicado gastos para el Niemeyer que ahora no se recuperarán. El futuro de la plantilla del centro cultural, afirman, también está lleno de incertidumbres.

Hace semanas que el runrún de una posible marcha de todos los gestores del centro se escucha en los mentideros de la ciudad. De producirse, será en bloque, aunque no existe ninguna decisión tomada. Todo el futuro de los gestores del Niemeyer y de su actividad inmediata está a expensas de cómo se resuelva el conflicto político por el centro cultural.

Todo queda fiado, ahora, a una pronta resolución del conflicto en el seno del patronato, aunque Vallaure dejó claro ayer que «hasta que (el Principado) no tenga el control adecuado a la inversión en la Fundación no haremos nada». Con la cuenta atrás sobre la mesa, la gestión del centro cultural avilesino afronta sus momentos de mayor incertidumbre.

Antes, al menos según la hoja de ruta que ha dado a entender la Consejería de Cultura, deberán aclararse las dudas arrojadas sobre ciertas facturas del centro. Los gestores remitieron ayer toda la información al Gobierno regional. A la una de la tarde, el documento llegó por fax al despacho del consejero de Cultura y a las 16.10 entró por registro una explicación detallada de los reparos señalados por la Intervención General del Principado y que el Gobierno regional calificó de «graves irregularidades». Todas las exigencias fueron cumplidas, señalaron fuentes próximas a la Fundación, salvo la de entregar toda la contabilidad del centro, que sí ha quedado a disposición del Consejero para que la consulte en las instalaciones del Niemeyer.

El principal escollo inmediato que impide continuar con la actividad es, según los gestores y el Ayuntamiento, la indefinición jurídica que supone hallarse gestionando unas instalaciones que no tiene cedidas. Y este asunto, que determina la actividad del complejo en el último tramo del año está encerrado en un bucle de difícil solución si no se modifica el actual patronato.

-La Fundación del Niemeyer tiene una cesión provisional según la cual todos sus contratos están vinculados a que haya una cesión definitiva. Si no la hay, todos los contratos, desde la limpieza al mantenimiento, tendrán que cesar el 15 de diciembre- señaló el diputado socialista Álvaro Álvarez en la comparecencia del Consejero.

-No sé por qué se hacen contratos de ese tipo- respondió Vallaure.

-Si la Fundación no tiene la cesión los contratos se acabarían-explicó.

-Se prorrogará el uso del edificio, si sigue la fundación y si sigue todo-añadió el Consejero.

-¿Y por qué no lo hace ya?- interrogó Álvarez.

-Porque no estoy en el patronato.

-Es algo que debe hacer la Consejería- recalcó el diputado socialista.

-Hasta que no se tenga el control adecuado a la inversión no haremos nada- zanjó Vallaure.

Así las cosas, sólo una reunión inminente y una solución rápida para recomponer un patronato con representación mayoritaria del Principado permitirá, según se extrae de las palabras del Consejero, desbloquear la situación.

Vallaure tampoco aclaró qué planteamiento tiene la Consejería de Cultura para la actividad futura del Niemeyer, pero sí señaló cuál no es. La andanada contra la gestión hasta ahora (al menos en artes plásticas) del centro cultural y la afirmación de que en él se ha hecho una «apuesta por la cultura del espectáculo» que no está de acuerdo «ni con la realidad asturiana ni con la cultural» y que sólo podría ser asumida por un centro privado, se dirigen de forma diáfana hacia el equipo que lidera Natalio Grueso. Pero a la pregunta del diputado socialista Álvaro Álvarez de si el Gobierno de Álvarez-Cascos tiene un plan para el Niemeyer, la respuesta de Vallaure fue lacónica: «No es el momento de tenerlo; estamos estudiando los planes actuales. Lo tendríamos si es necesario».