Marta PÉREZ

Kevin Spacey enseñó ayer a un grupo de quince jóvenes actores llegados de toda España que lo importante en la interpretación es «ir a lo concreto, ser específico y no andar por las ramas». El actor, que estos días encarna el personaje de Ricardo III en Avilés, dirigió una clase magistral a puerta cerrada en el teatro Palacio Valdés. Los actores, tras un calentamiento previo de voz y cuerpo, subieron al escenario para escenificar un monólogo. Spacey les indicó pautas para mejorar su ejecución sobre las tablas. «A mí me ha trasmitido mucha seguridad. Él, no obstante, está en un escalafón muy por encima del nuestro. Es difícil de explicar... hay que vivirlo», explicó Juan Manuel González, uno de los privilegiados alumnos que ayer tuvieron la oportunidad de tener de maestro a Spacey a la salida de la clase magistral, que duró tres horas.

Una de las primeras en llegar al Palacio Valdés fue la actriz Cecilia Freire, conocida por su papel en la serie de televisión «Física o Química». «Espero quedar mejor que el otro día. Me presentaron a Kevin Spacey y no pude articular palabra», explicó la joven, que llevaba preparado un monólogo. Muy satisfechos con la clase salieron del teatro Palacio Valdés los actores Martín Rivas (de la serie «El Internado») y su pareja Irene Escolar. «Es un tío cercano, muy simpático. Lo que más machacó es que lo importante es ponerse al servicio de la historia que cuenta el dramaturgo, no intentar añadir cosas de tu propia cosecha, esa es la principal misión del actor», explicó el joven, hijo del periodista gallego Manuel Rivas.

La joven actriz asturiana Tamara Norniella calificó de «una gran experiencia» la clase con Kevin Spacey. «Sólo el hecho de conocerle y ver cómo trabaja vale la pena. Nos indicó que debemos actuar desde el sentimiento, que no pensemos el texto, sino que lo sintamos», comentó la actriz una vez concluida la clase.

La entrada de Kevin Spacey al teatro fue visto y no visto. Llegó corriendo y se fue de la misma guisa. Un poco arisco. Un fan que llevaba varias horas esperando por un autógrafo le siguió varios metros hasta que Spacey le espetó: «Don't follow me» (no me sigas).

Spacey envió a los actores Javier Cámara y Álex González al banquillo. Cámara se acercó al Palacio Valdés para asistir de oyente a la clase de Spacey, pero la organización no le dejó pasar, así que el riojano se sentó resignado en un banco frente al teatro. En las mismas se vio González, que llegó emocionado para recibir la clase -al parecer estaba en la lista-, pero le dijeron que se pasaba de años. Así que salió del teatro y acompañó en su soledad a Cámara (en la imagen). Al final, los dos pudieron entrar al taller.