Myriam MANCISIDOR

El Colectivo Ecologista de Avilés que representa Fructuoso Pontigo ha solicitado al Gobierno regional que abra una investigación para esclarecer las causas por las que este año ha aumentado en un 50 por ciento el nivel del benceno en el aire de la ciudad. A juicio de Pontigo, estos datos no coinciden con la producción de baterías de Arcelor, menor a la de otros años. «El año pasado nuestro nivel medio fue de 2,32 microgramos por metro cúbico y este año la medida de los diez primeros meses fue de 3,4 microgramos por metro cúbico», manifestó. El valor límite del benceno es de 5 microgramos y en Avilés el único medidor está instalado en la estación de Llaranes.

Esta cifra, de acuerdo a los datos facilitados por Pontigo, se superó en Avilés 86 días en lo que va de año. «Destaca el valor medio del 29 de abril, que fue de 19,82 microgramos por metro cúbico, casi cuatro veces más del límite medio», dijo el portavoz del Colectivo Ecologista. Por este motivo, Pontigo urge al Principado y al Ayuntamiento a que trabajen para reducir esos niveles elevados de contaminantes «producidos por una industria a la que se le consiente funcionar en precario y con un tráfico excesivo».

El benceno (C6H6) es un hidrocarburo cíclico volátil que presenta alta reactividad con compuestos oxidantes. Está clasificado como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluso en dosis muy bajas. «Su presencia en la atmósfera se debe principalmente a las emisiones producidas por la combustión incompleta de carbón y los derivados del petróleo, así como al almacenamiento y a la distribución de estos productos petrolíferos, vertederos, fabricación y utilización de disolventes orgánicos y manufactura de determinados productos químicos», explicó Fructuoso Pontigo, que destacó que en Avilés «la mayor fuente de producción son las baterías de coque de Arcelor-Mittal».

«Según los datos facilitados por el servicio de calidad del aire del Principado, la estación de Llaranes presenta el nivel más elevado de benceno de Asturias con mucha diferencia», concluyó el ecologista.