Myriam MANCISIDOR

Las responsables del centro de tratamiento de adiciones Amigos Contra la Droga, Ana María Menéndez y Pilar Soberón, llevan años trabajando con personas dominadas por la droga que intentan salir del bucle de la adicción. Aunque la media de edad de los usuarios que llegan al colectivo es de 35 años, las psicólogas tratan en ocasiones con jóvenes que comienzan esnifando coca y terminan, habitualmente, con problemas con la justicia. Entonces piden ayuda. Lo que lleva a los chicos -en ocasiones menores de edad- al consumo de estupefacientes es difícil de precisar, aunque a juicio de las psicólogas se aprecia un cambio de comportamiento de los jóvenes en la transición de Educación Primaria a Educación Secundaria. Los alumnos se incorporan ahora a ESO con 12 años -dos años antes que con EGB-, en el fervor de la adolescencia.

«Con trece años algunos chicos ya beben y con quince se sienten muy mayores», reconocen las psicólogas de Amigos Contra la Droga. La guía de salud del Principado destaca, igualmente, que en la adolescencia es cuando se producen cambios físicos, emocionales y mentales importantes. «En esta etapa se producen los primeros contactos con el tabaco, el alcohol y otras drogas», reconocen en el documento. Menéndez y Soberón precisan: «La ketamina entre los jóvenes está causando estragos, problemas de salud mental serios. La percepción de riesgo entre los más jóvenes es muy pequeña», subrayan estas profesionales ya curtidas en el tratamiento a toxicómanos.

El trabajo que realizan Ana María Menéndez y Pilar Soberón con la ayuda de una integradora social, personal de prácticas y voluntarios es imprescindible para que los drogadictos vean luz al final del túnel. Pero el futuro de Amigos Contra la Droga está en la cuerda floja. Por ahora ya han reducido personal, han rebajado las horas de atención a toxicómanos en el centro de día -de 9 a 13.30, cuando antes era hasta las 15.00 horas- y han eliminado de su programa el taller de carpintería al quedarse sin monitor. Y todo por la crisis y la falta de ayudas, reconocen.

«El Ayuntamiento de Avilés mantiene las ayudas y Cajastur aumentó su colaboración pero otras entidades han reducido la ayuda social. Ahora estamos pendientes de qué va a hacer el Principado: la consejera de Bienestar Social e Igualdad, Paloma Menéndez (FAC), nos dijo que todo está pendiente de los presupuestos», explicaron las responsables de Amigos Contra la Droga. El responsable de la Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente (Unad), Luciano Poyato, ya denunció el pasado diciembre que unas 420 personas de la región podrían quedar sin atención si el Gobierno regional no continúa apoyado con ayudas a los centros del apoyo al toxicómano.

El centro de deshabituación e incorporación social Amigos contra la Droga se inauguró en 1991 y en él han recibido apoyo decenas de personas con trastornos por abuso de sustancias. Cuenta con capacidad para 20 usuarios en el centro de día, aunque también atiene a personas como centro ambulatorio. La duración estimada de los tratamientos es de 6 a 10 meses. Ninguno de los usuarios quiere que Amigos Contra la Droga cierre sus puertas. Pero las psicólogas a veces miran al futuro con incertidumbre: «Tenemos miedo a desaparecer, puede que no terminemos este año, puede que sí». Hasta que diluciden qué pasara, Menéndez y Soberón seguirán tendiendo la mano a los drogodependientes de toda Asturias que llaman a su puerta en Piqueros de Abajo.